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La bici definitiva: Dogma K8-S

Si hace poco hablábamos de la inclusión de Ford en el mundo de las bicicletas, presentando dos modelos durante el Mobile World Congress, ahora otra compañía automovilística ha querido hacerse un hueco en el mundo de la bicicleta y no es otra que anda más y nada menos que el fabricante británico de automóviles, Jaguar. Si tenemos en su día una bicicleta así, hay que tener un seguro de bicicleta a la de ¡ya!

La compañía automovilística junto con la marca Pinarello han llegado a un acuerdo para la creación, fabricación y distribución de al Pinarello Dogma F8, creada en exclusividad para el equipo de ciclismo profesional líder del mundo, Team Sky.

Es la primera vez que el equipo Team Sky se va a poder beneficiarse de tales ventajas debido a que la fabricación y el diseño ha corrido a cuenta de Jaguar empleando todo el conocimiento y experiencia recogida uniéndose a Pinarello para crear la bicicleta revolucionaria, y para una así, un seguro de ciclista a medida.

La bicicleta Dogma K8-S es el resultado de compaginar la destreza en manufacturación de bicis de competición de la reconocida firma italiana Pinarello y la experiencia en ingeniería aerodinámica, en técnicas de suspensión y dominio de materiales de vanguardia de la compañía automovilística Jaguar.

Como hemos comentado anteriormente, el equipo Team Sky es el equipo que utilizará las nuevas creaciones sobre las dos ruedas asegurando desde el propio equipo que el confort de la marcha en el modelo creado ha mejorado un 50% teniendo en cuenta los modelos anteriores de la marca italiana.

La compañía automovilística, Jaguar, ha centrado todos sus esfuerzos en mejorar la parte aerodinámica del cuadro de más alta gama de la marca Pinarello. Se trabaja desde una cierta base, desde la distancia entre los ejes y la geometría y a partir de los cuales, los ingenieros de Jaguar trabajaron el cuadro para aportarlo una mayor aerodinamicidad en los tubos y reduciendo la resistencia de los elementos. En cuanto a la horquilla de la nueva versión de la bici, esta misma ha sido diseñada para minimizar la resistencia y asegurar un flujo de aire uniforme alrededor de los tubos.

Por su parte, la compañía italiana Pinarello  no ha escatimado esfuerzos en el diseño de la nueva bicicleta reuniendo todos sus esfuerzos en mantener la agilidad que presentaba la bicicleta, intentando así mismo a reducir el peso de la bici y progresar en apartados básicos como la rigidez y el apartado aerodinámico.

Fausto Pinarello, CEO de la compañía italiana, comentaba la importancia de que la nueva bicicleta, la Dogma K8-S tuviera el sello de la casa Pinarello, que incluye el mejor rendimiento posible y tal como indicaba el mismo: “Ya conseguimos con la Dogma F8 crear una de las mejores bicicletas del mundo, ahora podemos rehacer por completo el mundo del ciclismo de carretera. Absorbe únicamente los impactos de la carretera  para permitirte seguir pedaleando regularmente con precisión y potencia óptimas. Es la bici perfecta para los adoquines”

La Pinarello Dogma K8-S está considerada la primera bici del mundo que ha sido diseñada para terrenos principalmente exigentes, terrenos por los que circularemos  con nuestro seguro de bicicleta.

La edad y la bici, compatibles siempre

Practicar deporte es una regla básica para estar sano y que no haya nada que te pueda parar y además practicar cualquier tipo de deporte no está reñido con  la edad que se tenga, porque más que en el cuerpo de la persona, la edad se encuentra en la mente y si tienes 40 años y te sientes como un chaval de 20 enfundado en tu maillot, ¿por qué no seguir practicando el deporte que más te gusta, por qué no seguir disfrutando de la bicicleta? Siempre que vayas protegido, con un seguro de bicicleta, por ejemplo, no hay problema alguno

El deporte es sinónimo de salud así que no hay un motivo que te haga colgar el maillot al llegar a una edad determinada aunque si puede ser cierto que no sueles tener el mismo ímpetu y que mas que competir, que muchos lo hacen, sales a disfrutar de una de tus grandes pasiones, el ciclismo y de los amigos.

Quizás no te suene mucho el término pero cuando te expliquemos en qué consiste lo entenderás perfectamente. Hay una nueva “variedad” de ciclista que podemos ver con más frecuencia por las calles, los llamados “mamil”, y dirás, ¿eso qué quiere decir? Pues es el nombre que se le da en ingles a los “middle-aged-man in lycra”, o traducido como hombres de mediana edad en licra, hombres con sus maillots de ciclistas con una edad relativa a los 40-50 años de edad. Como hemos dicho, estas personas olvidan todo lo relacionado con su fecha de nacimiento y solo piensan en el disfrute que sienten cuando van sobre la bici y la libertad que les proporciona, aunque hasta el más joven lo necesita, en especial todas aquellas persona que hayan pasado los 40 años, es conveniente realizar un chequeo previo y tener en cuenta una serie de recomendaciones que quizás antes no echaríamos tan en serio.

Aunque es importantísimo siempre, sea la edad que sea, hay que poner una específica atención a los estiramientos. Siempre, siempre, siempre antes de ponerse a pedalear hay que estirar bien cada músculo que luego vienen los problemas, los calambres que nos dejan un tiempo en el dique seco. Y si hemos dicho que desde siempre es importante estirar perfectamente, hay que ponerle más cuidado a partir de los 40 años ya que nuestro cuerpo no se comporta igual con 25 años que con 40 años así que si tienes que “perder”, que realmente no pierdes porque lo ganas en salud, en estirar más tiempo pues nos pasaremos más tiempo estirando. Son muchas las ventajas que encontrarás como mantener los músculos más joven, con mayor flexibilidad… igual que las ventajas de tener un seguro para bicicleta.

Si cuando estás rodando en algunas salidas o realizando un entrenamiento se sientes fatigado o cansado, es posible uqe no estés al 100% y por ello mismo, lo mejor que podemos hacer es relajar el ritmo. Mientras hagas ejercicio y no estés en casa tumbado en el sofá, ya estás ayudándote a ti mismo pero ayúdate aun mas realizando el tiempo que puedas manejar y si esto significa realizar en vez de 4 salidas, 2 0 3 salidas a la semana pues n hay ningún problema. Lo importante es que sepas mantenerte en una forma estupenda para cada momento o circunstancia de la vida y si tenemos que bajar el ritmo es no quiere decir que hayamos perdido fondo ni tono sino que simplemente no nos hace falta mantener un nivel tan alto y exigente como llevábamos, quizás con un entrenamiento dos veces por semana de unos 20-30 minutos tenemos suficiente.

¿Por qué te decimos todo esto? No es que con la edad tengas que dejar que todo los jóvenes te sobrepasen pero puede ser que al rodar, notes ciertos dolores que antes no notabas por lo puede deberse a sobreesfuerzos y que pueden complicarse derivando a desgarros o contracturas y lo más recomendable es acudir a un especialista para que trate la lesión antes de que se convierta en algo peor.

Un medico es la persona más recomendable para que le hagas caso, por ello acudir a uno de estos es la mejor manera de comprobar que te encuentras en perfecto estado ya que son los únicos que podrán realizarte pruebas necesarias y especificas si lo creen conveniente ya que si te las realizas comprobarás el estado de tu corazón, de tu aparato respiratorio…

Además es conveniente, la utilización de un pulsómetro, un aparato que mide tus pulsaciones cardíacas  para llevar un control más especifico del corazón. Y tengas, 10, 35 que 48 años, llevar SIEMPRE con nosotros líquidos para no sufrir deshidratación, uno o dos botellines de agua con nosotros cuando vayamos en bici.

Consejos que os pueden ayudar tengáis la edad que tengáis pero que si tenéis más de 40 años, prestar más atención, que ya os lo hemos dicho veces, un seguro de ciclista es importante, como los consejos que os damos.

Entrenar con la bici la frecuencia cardiaca máxima

En nuestra vida diaria, cuando conducimos sabemos perfectamente que marcha tenemos metida en el vehículo y al igual que sabes que si vas en segunda no puedes ponerte a 90 kilómetros/hora, cuando vamos en bici, también debemos de conocer que hay ciertas cosas que no pueden ser, más que nada por la salud de la persona. Cuando vamos en bici, tenemos que conocer perfectamente la cantidad de pulsaciones por minuto, las revoluciones a las que nos estamos sometiendo y si son las pulsaciones correctas o deberíamos rebajarlas. Todos tenemos un máximo que alcanzar y en nosotros mismo está el reconocerlo y saber que de ahí no podemos pasar, además tenemos que tener en cuenta que cada uno tiene un metabolismo distinto, una manera de trabajar distinta y una genética que no se parecerá a ninguna otra pero en nosotros mismos está mejorar todo aquello que tenemos en contra y ser un auténtico campeón, con el seguro de ciclista más tranquilo estarás.

Para comenzar, tenemos que conocer cuáles son tus pulsaciones máximas para poder calcular a partir de entonces los porcentajes, y una vez estos calculados ya podremos comenzar un entrenamiento mucho más específico. Una de las opciones para calcularla es la fórmula consistente en restar a 220 la edad para las personas del género masculino y en restar 226 la edad para las personas del género femenino, aunque si queréis nuestra opinión, lo mejor sería acudir a un profesional o un centro especializado para que nos realicen una prueba de esfuerzo.

Si aplicáis esta fórmula, es posible que os salgan unas pulsaciones un tanto desorbitadas, aunque quizás tenéis unas pulsaciones más elevadas al salir con la grupeta que en una prueba, es por esto mismo que recomendamos una prueba de esfuerzo.

Palabras como umbral aeróbico, umbral anaeróbico, capacidades aeróbicas… puede sonar un poco a chino, pero si no lo controlas puedes estar perjudicándote sin saberlo.

Cuando sales rodeado de amigos y comenzáis a hablar, te informamos que sales en un modo aeróbico, el momento en el que empiezas a pedalear, a realizar el calentamiento. Una vez que vais ya más allá, saliendo de la ciudad por ejemplo a pesar de que vas a una marcha cómoda y puedes hablar, el aire ya cuesta una pizca más que anteriormente, es decir, te encuentras en la transición entre el umbral aeróbico-anaeróbico y si seguimos hacia lo que llamamos “puerto” ya empiezas a ponerte de pie y ya hablar justito. Entrenando la frecuencia cardíaca máxima, por lo tanto has llegado o incluso sobrepasado el umbral anaeróbico y hasta que has llegado a este último umbral, es lo que va a definir tu capacidad aeróbica, que se puede definir como la eficacia que han desarrollado tus pulmones para coger oxigeno y tu red arterial para transportar todo aquel oxigeno que han adquirido los pulmones hacia los músculos para que estos estén totalmente alimentados y donde tomaran los desechos como consecuencia de la práctica de ejercicio, así que cuánto MEJOR entrenes, más capacidad tendrás, repetimos cuánto MEJOR.

A continuación vamos a establecer los porcentajes de frecuencia cardíaca máxima, no tiene que ver con los seguros de bicicleta, pero siempre es bueno recordar.

  • Desde el 60% al 65% de la frecuencia cardíaca máxima.

El metabolismo, cuando alcanzamos tales umbrales, hace uso de las grasas del cuerpo en exclusiva. Existen diversos entrenamientos que a estas intensidades, están determinados para potenciar el metabolismo lípido. Se educa al músculo a consumir las grasas para que ahorre glucógeno, azúcares.

Este tipo de pulsaciones se utilizan para hacer recuperaciones completas desde pues cada serie de entrenamiento, las pulsaciones que se llevarían tras un tiempo sin entrenar por lesión o enfermedad, e incluso se utiliza después de una competición o un entrenamiento intensivo.

Con esta intensidad la creación de ácido láctico es mínima y el organismo la recicla con facilidad.

  • Desde el 65% al 75% de la frecuencia cardíaca máxima.

Según nos vamos aproximando al 75% de la frecuencia cardíaca máxima, nuestro metabolismo va a cambiar, es decir, va a dejar la utilización de las grasas por glucosa como fuente de alimentación y la formación de ácido láctico es cada vez mayor aunque asumible.

Hablamos de una frecuencia que se encuentra aun en la resistencia aeróbica, las pulsaciones con las que debemos de trabajar el fondo físico de la persona, una franja que tendría que utilizarse para llevar una velocidad impresionante pero en un entrenamiento suave.

  • Desde el 75% al 80% de la frecuencia cardíaca máxima.

Una frecuencia donde el músculo toma, en exclusividad glucosa. Va depender en gran medida si estamos al comienzo de la temporada o el nivel que tengamos, que al acercarse al 80% de la frecuencia cardíaca máxima, el ritmo empiece a decaer, que no tiene porque suceder siempre ya que con un entrenamiento bien planificado, estaríamos hablando de una resistencia aeróbica.

  • Desde el 80% al 85% de la frecuencia cardíaca máxima.

Y comienza el entrenamiento de intensidad aeróbica y que ya no nos haga tanta gracia que nos estén hablando en pleno rodaje. Ese punto, donde odias a tu compañero, se conoce como umbral anaeróbico, cuando la glucosa no tiene más oxigeno para metabolizarse y la realización de ácido láctico es tan grande que no da tiempo a asimilarse por lo que se acumula en los músculos y estos se van fatigando cada vez más.

Si te encuentras en un nivel medio-bajo, esta intensidad podría empezar a verse en el momento de ocho semanas en adelante.

  • Desde el 85% al 95% de la frecuencia cardíaca máxima.

Frecuencias que se deben de alcanzar con entrenamientos de calidad muy específicos de fuerza, velocidad y resistencia. En este momento, con un buen nivel de entrenamiento, es donde se sitúa tu umbral anaeróbico.

  • Desde el 95% al 100% de frecuencia cardíaca máxima.

No podrás aguantar mucho en esta franja, un máximo de 15 segundos.

Algunos consejos de cómo llevar nuestra frecuencia cardíaca máxima, más vale que toméis nota para que no os pase factura posteriormente, con el seguro para bicicleta, por supuesto.

Consejos para comenzar con la bici

En múltiples ocasiones habrás pensado que quieres apuntarte a un gimnasio pero no voy a tener tiempo, quiero hacer ejercicio pero es que el tiempo no es del todo bueno, pues señoras y señores la solución a todas sus plegarias llegó, bueno lleva ciento de años entre nosotros, la bicicleta.

La bicicleta, ese gran invento que llegó a nosotros y que fue casi el primer regalo que nos hicieron nuestros padres, es el instrumento ideal para estar en forma y encima de la manera más barata, y con un seguro para ciclistas casi gratis.

A continuación os vamos a presentar una serie de consejos para que le disfrute sea máximo y siempre tengáis ganas de rodar más y más tiempo.

  • Cuidar de nuestros músculos. Ya que vas a comenzar, comencemos de la mejor manera posible. Es recomendable ir siempre con cierta cadencia y agilidad. Cuando vayamos rodando en llano, es decir, sobre tierra firme el número de pedaladas por minuto puede rondar una media de 90-100 pedaladas, y en el caso de las subidas, la media pasaría a 60-80 pedaladas por minuto. EN el momento que descendemos de manera brusca la cadencia, la tensión muscular que se genera es mucho mayor y provoca que las fibras consuman una mayor cantidad de glucógeno para realizar los movimientos y al mismo tiempo genera más ácido láctico, traducido como una gran cantidad de agujetas al día siguiente.
  • Pedalea con quién esté a tu nivel. Al igual que en cualquier parte de nuestra vida, las personas con las que te reúnas te pueden pasar una mala jugada, y en ciclismo no iba a ser diferente. Puedes tener muy buenos amigos pero quizás el nivel de cadencia que llevan es superior al tuyo y eso solo te va a traer problemas así que queda con ellos para un café pero no para rodar. Si son personas que llevan muchos kilómetros en sus piernas, el esfuerzo que vas a tener que realizar es demasiado grande y son esfuerzos que no te van a aportar ningún tipo de beneficio, es más puede ser insano para ti.
  • Pulsaciones controladas. Si con las mínimas pedaladas te notas que las pulsaciones han subido considerablemente, debes tomártelo con calma. Aquellos ciclistas que presentan un “corazón anaeróbico” trabajan siempre con unas pulsaciones por encima de la media ya que al poseer un corazón con unas medias menores en necesario un mayor número de pulsaciones para que bombee al igual que lo haría un corazón más grande. Cuando el corazón tiene un tamaño normal, con cada latido expulsa un mayor cantidad de sangre, oxígeno y alimento.
  • Adaptación del ciclista. Una vez que estamos rodando nos vamos adaptando al terreno y si eso significa cambio de platos, pues se realiza y punto así nos aseguraremos una cadencia correcta.
  • Antes de rodar, escoge el recorrido. Hasta que no lleves un tiempo rodando y puedas ir controlándote, sobre todo las pulsaciones es aconsejable que se ruede por los terrenos más llanos posibles para que las pulsaciones son se disparen demasiado.
  • Establece los kilómetros a rodar. Las salidas que vayamos a hacer, a medida que vayamos avanzando, podemos ir aumentando la intensidad pero al comienzo, siempre tienen que ir de menos a más porque te lo vas a agradecer.
  • Céntrate en lo importante, no lesionarte. Debemos centrarnos en lo que realmente es importante, en controlar que las pulsaciones sean correctas y lleven una media que nos va a ir indicando si nuestros entrenamientos empiezan a dar sus frutos y tener una constancia para alejar las lesiones lo máximo de nosotros.
  • Ir adaptándonos perfectamente. Las adaptaciones, como con cualquier cosa en la vida, deben ser pausadas pero que sigan un ritmo constante ya que toda aquella que se consiga en un intervalo de tiempo prolongado, va a durar más y si dejamos de entrenar, volver a recuperar esa forma no va a ser difícil. En el caso que comencemos muy fuerte, es posible que nos convirtamos casi en campeones en un intervalo de tiempo relativamente corto pero a medida que va pasando el tiempo, nuestro cuerpo va a necesitar un descanso.
  • Entrenamientos alternativos. Hablamos del ciclo indoor, una práctica deportiva que puede ser muy beneficiosa siempre y cuando se utilice bajo unas condiciones. Si tenemos alguna prueba ciclista y queremos entrenar un poco más intenso puede ser bueno pero no es conveniente que se realice en los inicios para suplir la falta de tiempo.
  • Entrena cómo quieras, no cómo quieran. Si además de entrenar con la bici, vamos al gimnasio, cumpliremos todos nuestros objetivos. En el gimnasio, vas a tener la oportunidad de fortalecer los tendones, articulaciones… además de adquirir fuerza. En primer lugar aconsejamos tonificar los músculos antes de empezar a añadir más carga ya que como en todo, tenemos que llevar una periodización al igual que con la bici.
  • Suplementos, ¿sí o no? Los suplementos son algo que tenemos que ir tomando con precaución. Al comienzo, no se suele recomendar tomar ningún aporte extra ni en particular. Es posible que empieces a necesitar alguno una vez que ya empezamos a trabajar con cierta intensidad. El seguro para bicicleta no es un suplemento, es casi obligación.
  • La comida, importantísima. El tema de los carbohidratos, es un tema que vuelve loco a más de uno, y es que el hecho de que se empiece a entrenar de forma pausada no significa que no tomes carbohidratos ya que estos no engordan, excepto que se ingieran en exceso. Cada vez que salimos con nuestra bici, es recomendable salir con algo de alimento por cualquier cosa que pueda suceder como barritas, plátanos…
  • Si estás enfermo, estás enfermo. Si nos indisponemos y si además, tenemos fiebre, no estamos en condiciones para entrenar ya que no tenemos la fuerza suficiente que normalmente tendríamos y si nos exigimos demasiado, podemos empeorar y llevarnos más tiempo del necesario sin entrenar.
  • Hazle caso al cuerpo y a la mente. Si hoy no nos encontramos con las fuerzas necesarias o las ganas de entrenar, pues no se entrena, que tampoco va a pasar nada, es más, el descanso es una parte muy importante del entrenamiento. La persona que entrena, no solo hace eso durante todo el día sino que se le suma trabajo, vida familiar… Si el cansancio es una consecuencia clara de los entrenamientos que realizas, ya sabes, frena y descansa.
  • Estirar, estirar y por último, estirar. Después de terminar cualquier entrenamiento físico, el tiempo de recuperación, es decir, de estiramientos es de alrededor de quince o veinte minutos, con ello recuperarás antes y evitarás futuras lesiones, sobretodo del tipo muscular que son las más complicadas de recuperar y las que nunca avisan.

Consejos que os puede ayudar a que os convirtáis en ases del ciclismo, así que tomar buena nota para ser los reyes de la pista, eso sí, con el seguro de bicicleta siempre.

Que no sufran las piernas en la bici

Muchos ciclistas al comenzar una marcha reflexionan que no están del todo capacitados para poder salir como una bala, a tope al inicio de la carrera o en el momento que necesiten acelerar rápidamente en un momento temprano de la carrera porque al rápido de turno, que nos lo podemos encontrar en todas las grupetas, le da por pasar por todos y claro aquí viene el gran problema, las piernas se nos ponen duras como piedras y el tiempo de resistencia que podemos llevar es muy corto por lo que así no hay quien rinda, y ¿cómo prevenir todo esto? Pues es bien sencillo, calentar perfectamente y con conciencia primero, y tener un seguro de bicicleta.

El hecho de no prepararse primero tanto física como mentalmente provoca que haya ciclistas que pasen por una verdadera agonía al comenzar la competición y se plantean una pregunta bien sencilla, ¿cómo salgo en la carrera perfectamente sin tener que abandonar a los dos segundos? Como hemos comentado anteriormente, muchos de estos buscan algún tipo de entrenamiento propio para poder rodar al máximo de nuestro nivel sin que las piernas sufran más de lo necesario. Acostumbrados a escuchar expresiones como “tengo las piernas más duras que una piedra” o “no puedo, me duelen las piernas a rabiar” en las salidas de las pruebas.

Si que tenemos que aclarar que existen muy pocas personas que salgan a tope en una carrera porque casi al 90% se ven amplias sonrisas en los ciclistas debido al disfrute y para que no aparezcan fantasmas, fatiga o agotamiento un correcto calentamiento es la clave para que no nos pase ningún problema ni en la salida ni durante el rodamiento, además teniendo el seguro para bicicleta seguro que no habrá problema alguno.

El calentamiento, en cualquier deporte, es muy importante debido que con el nuestro cuerpo va asimilando que va a sufrir una serie de efectos, y ya no solo a nivel muscular (tanto del sistema cardiovascular, articular, cartilaginoso…). Por ejemplo, si se pretende salir a  tope en una competición y no se ha llevado a cabo el calentamiento conveniente, la temperatura de nuestro cuerpo no ha ido aumentándose progresivamente hasta un punto suficiente para poder conservar unos niveles de percepción y de transmisión de las señales nerviosas que necesita una situación de alerta como puede ser la propia competición o carrera. Como hemos dicho, sin un apropiado calentamiento, la coordinación y la capacidad de reacción se encuentran a  unos niveles inadecuados en el momento y que puede conllevar a que tengamos algún problema, como puede ser una caída de la bici.

El calentamiento va mucho más allá y es mucho más sencillo, un calentamiento es más que necesario para disminuir el riesgo de sufrir una lesión, en particular, una de fibras musculares, tendones o ligamentos y además permitirás que el sistema cardiovascular se abra paso a nivel de nivel de tronco inferior y los músculos puedan recibir de tal modo una cantidad de oxigeno y alimento mayor. Una de las consecuencias de salir de casa sin un previo calentamiento, es que vas a tardar más tiempo, entre 15 a 20 minutos, en que el riesgo sanguíneo llegue a todos los músculos.

Ahora la otra gran pregunta puede ser, ¿cuánto tiempo debemos calentar para que sea efectivo y cómo debemos hacerlo?

En primer lugar, la duración que tendría que tener un calentamiento va a depender en gran medida de la temperatura ambiente que haga en el entorno, si la temperatura ambiente es fría, el calentamiento tendrá una duración mayor que si la temperatura exterior fuera más elevada, aunque si no eres una persona muy experimentada, un calentamiento demasiado excesivo puede ser también perjudicial.

La intensidad con la que vayamos a practicar el calentamiento va, además, en función de la exigencia con la que vayas a rodar con nuestra bici, no es lo mismo un calentamiento para salir a pedalear por gusto que para un entrenamiento para una competición. Si el entrenamiento con la bici  que vamos a  llevar a cabo va a ser poco exigente y la temperatura que nos rodea es agradable con unos quince o veinte minutos de calentamiento no muy intensivo tenemos más que suficiente, sin embargo, si tras el calentamiento va a venir un entrenamiento para una carrera, un mínimo de treinta o cuarenta y cinco minutos para calentar correctamente.

Un ejemplo:

  • Unos cinco minutos en regenerativo
  • Diez minutos progresivos en zona de resistencia aeróbica
  • Unos cinco intervalos de dos minutos en intensidad aeróbica, donde los seis últimos segundos de cada intervalo se acelere y tras ello una recuperación de 1 minuto.
  • Por último, diez minutos regresivos en zona de resistencia aeróbica

Si vamos a realizar un calentamiento para entrenar de cara a una marcha a contrarreloj o cara a una competición, se recomienda la ingesta de un gel (apropiado con guaraná o cafeína), a unos cinco minutos antes de producirse la salida.

Parece que queda claro, calentar, entrenar y seguro de bicicleta.

La mente mientras vamos en la bici

Y es que cuando hablamos de ciclismo, no solo tenemos que preocuparnos del entrenamiento físico que si este es importante, un perfecto entrenamiento mental es igual o más importante que el primero. La psicología deportiva es tan importante en el  mundo de los deportes que sin una buena orientación, la mitad de los ganadores que conocemos en cualquier tipo de competición no lo serían. Como  íbamos diciendo, la psicología deportiva es la que se ocupa de todo el entrenamiento mental que llevan a cabo los deportistas y podría concretar como el estudio científico de los elementos psicológicos relacionado con la práctica de deporte.

La psicología deportiva se puede extrapolar a cualquier ámbito como en el deporte base o en el deporte practicado por ocio, pero se desarrolla con un mayor porcentaje en los deportes de competición. Cuando realizamos cualquier deporte ya sea jugar al fútbol o montar en bici, el entrenamiento siempre se va a fundamentar en cuatro aspectos claves: Aspecto físico, aspecto técnico, aspecto táctico y el aspecto mental.

Hablando del tema que nos concierne, el ciclismo, la persona que lo desarrolla sabe que la preparación física es la base para conseguir los objetivos que se quiera proponer y al igual que intenta cada vez que entrena intenta prosperar en la técnica de pedaleo o en las bajadas, ¿por qué no se plantean entrenar la mente como si de un musculo más se tratara? ¿Cuántos ciclistas tienen por costumbre entrenar la mente con lo importante que resulta? La psicología deportiva no es síntoma de flaqueza, es más, es un síntoma de conocerte mejor de lo que piensas, igual que tener un seguro de bicicleta, es una manera de tenerlo todo bajo control.

Cuando salimos a rodar en muchas ocasiones nos sobreviene emociones distintos y pueden ser tanto positivas como negativas y estos últimos son los que nos puede llevar a desarrollar una emoción negativa e incluso pensamientos que a simple vista no pueden parecer inofensivos, pueden volverse hacia nosotros de manera negativa y la pregunta que tenemos que plantear ahora es, ¿podemos luchar contra esos pensamientos negativos y contra esas emociones? La respuesta es bastante clara, porqué no, siempre y cuando sepamos como hacerlo.

Debemos de desarrollar un entrenamiento psicológico especial para cada uno de nosotros porque en ocasiones sabrás identificar que es lo que ocurre por previa experiencia, pero en otras ocasiones no sabremos cómo reaccionar. Un ciclista acepta, por experiencia, cuando la cabeza o la mente fallan y que no estén al 100% pueden jugar malas pasadas. Conoceremos de muchos ciclistas que siempre están a la cabeza, nunca abandonan… y es todo debido a su fortaleza mental.

Habitualmente se tiende a pensar que la fortaleza mental o se tiene o no se tiene pero eso no es realmente así, si es cierto que aquel que posea tales características, esa ventaja la va a llevar pero quien no la posea puede trabajarla y entrenarla como una parte más del cuerpo, como el seguro para ciclista, una parte más de la bici.

Es posible que hayamos escuchado en más de una ocasión o incluso las hayamos podido nosotros mismos pronunciar “No podía más pero he echado el resto” o “Iba pensando una cosa pero las piernas me decían que no podía más”. Si nos damos cuenta, todo está relacionado con la mente, la mente es la que te da el último empujón para tirar o es la que te hace que no llegues ni a mitad de camino, se van a extrapolar las llamadas variables psicológicas, todas aquellas características que con el hecho de que aparezcan o no pueden tener un efecto en la persona a nivel de conducta, cognitivo y fisiológico.

Existen variables que desarrollan una relación directa con el rendimiento deportivo de los que podemos destacar la autoconfianza, la motivación o el estrés, entre otros. Estas variables comentadas son algunos de los aspectos que se ocupan en la psicología del deporte. El hecho de acudir a un especialista no está solo limitado a los ciclistas puros, tanto si nos gusta  ir a marchas como si montamos por ocio o por salud, la psicología deportiva nos puede aportar muchas cosas positivas que no solo nos va a ayudar en el ámbito del ciclismo sino que también podemos extrapolarlo hacia otros ámbitos.

La figura del psicólogo, una persona cuya meta es ayudarnos a alcanzar objetivos tiene un claro papel y su manera de desenvolverse es diferente también según la persona con la que tenga que trabajar. No se trabaja igual con un ciclista profesional que con una persona aficionada y que pedalea por puro placer. Entre algunos de los aspectos que intenta trabajar el psicólogo podemos establecer, por ejemplo, planificar los objetivos de la temporada, aprender a llevar durante todo el recorrido el positivismo… pero no sólo podemos quedarnos con la teoría, es importante saber que todo lo que nos han comentado tenemos que desarrollarlo y practicarlo en los entrenamientos y en las salidas que vayamos haciendo.

Para que podáis entender cómo se adapta la psicología al deporte vamos a ver una de las técnicas más utilizadas por los altos resultados que suele dar: la parada de pensamiento y auto-instrucciones.

En primer lugar, empiezan a manifestarse pensamientos negativos cuando estamos en mitad de una marcha cicloturista como “No voy a poder completarlo” o incluso se pueden manifestar pensamientos positivos que nos pueden perjudicar más que uno negativo como “Subo este puerto lo más rápido posible con la bici  aunque me rompe”.

Tras ello, tenemos que darnos cuenta de que esos pensamientos se apoderan de nuestro pensamiento y tenemos que detenerlos (la parada de pensamiento) como pronunciando palabras que corten ese pensamiento (stop o fuera).

Una vez que hemos parado ese tipo de pensamiento, tenemos que guiar la situación para controlarla, con las auto-instrucciones, es decir, nos tenemos que autoconvencer que tenemos que enmendar la situación, estableciendo frases de apoyo como “Ya nos falta menos, vamos a lograrlo”…

Por último, nos auto-reforzamos por haber superado ese momento tan agudo con frases como “Sabía que lo conseguirías” o incluso mediante recompensas como descansar un rato más largo  sobre nuestra bici de lo que estamos acostumbrados.

Entrenar cuerpo y mente es algo más que necesario porque sin fortaleza mental, la fortaleza física no sirve de nada, como una bici sin seguro para bicicleta.

La primavera, hasta la bici altera

Y es que el tiempo que empieza a hacer nos invita a entrenar cada vez más fuera, o simplemente dar largos paseos sintiendo el calor de los primeros rayos de sol, el verde que empieza a brotar por los caminos que vamos recorriendo, en definitiva, que la primavera ¡hasta la bici altera! Pero para que eso no ocurra, el seguro de bicicleta, que no da alergia.

Quizás porque el frío no es muy amigo tuyo o porque simplemente nos has podido entrenar en invierno como querías, es posible, y más que posible, que te encuentres con toros ciclistas que ningún día de ningún mes de ningún año abandonen las dos ruedas y que luchen contra viento, marea, lluvia y hasta nieve por sacar su espíritu más aventurero y ganador, pero si tu eres de ese grupo, también numeroso, que disfrutas de cada pedalada con cada rayo de sol, te traemos unas serie de consejitos que te pueden ayudar en esta “inserción” de nuevo a la vida sobre ruedas.

  • Pedalea con quién estés cómodo. Una frase más que típica es la que escuchamos en muchas ocasiones: “Dime con quién te juntas y te diré como eres” y la frase no tiene más misterio ni más verdad. Si intentamos ir al mismo ritmo que un grupo que ha estado entrenando durante todo el invierno, sabemos ya de antemano que no podremos seguir el ritmo y es totalmente normal. Realizaremos un sobreesfuerzo que nos puede llevar a un problema posterior y que derive en más tiempo sin rodar, por lo que aconsejamos que empecéis a un ritmo que os veáis bien y de ahí, ir en aumento hasta poder volver a rodar con el grupo.
  • El triple plato existe para algo. Si nuestra bicicleta, tiene sus cambios, ¿por qué no utilizarlo? En muchas ocasiones, se emplea el mismo plato siempre pero para empezar está bien aunque tenemos que ir jugando con los platos y las coronas, aunque si no nos encontramos cómodos, ir en el plato y corona que mejor nos viene.
  • Prevé por dónde vamos a entrenar. En los primeros momentos, debemos empezar a rodar por terrenos los más llanos posibles para que las pulsaciones no empiecen a  dispararse y cuando vayamos adquiriendo más y más kilómetros podremos ir cambiando la ruta hacia escenarios que incluyan cada vez más montaña. Selecciona correctamente los itinerarios para entrenar y verás que en poco tiempo, vas aumentando.
  • Prevenir rodar como si no hubiera más carretera. Este punto puede ser aplicable a ambos conceptos, tanto al de la comida porque no es sano zamparse media despensa como al de los kilómetros que realicemos en nuestro primer momento. Como antes hablamos, si vamos a programar el itinerario por donde vamos a rodar, programemos de igual forma las salidas, siempre yendo de menos a más. Podemos empezar con rutas que tengan una duración inferior a los 90 minutos y a partir de ahí ir con un aumento progresivo. Si te das el “atracón”, te aseguramos que por la noche no vas a descansar como un bebé.
  • La velocidad que mejor te venga. Al igual que os hemos aconsejado que rodéis con gente a la que podáis seguir el ritmo, la velocidad a la que rodéis también debe de ser gradual debido a que puede generaros problemas. La competitividad de la propia persona hace que queramos ir más rápido pero tenemos que pensar con la cabeza para que todo vaya como la seda y pensar únicamente en lo que verdaderamente nos interesa ahora y nos debe de preocupar: ¡las pulsaciones!
  • Despacito y con buena pedalada. Y tendrías que seguir nuestros consejos como la palabra de tu madre y, te lo aseguramos, es lo mejor que puedes hacer, al igual que tener el seguro de ciclista. Para mejorar con la bici e ir avanzando, tenemos que empezar con unas pulsaciones bajas y poquito a poco. Lo aconsejable es tener un pulsómetro pero si por lo que fuera no tenéis o no disponéis de alguno, es conveniente rodar a un compás que nos permita dialogar con nuestro compañero sin tener la sensación de agobio o asfixia durante el trayecto que vamos hablando. Si te ves que falta el aire, levanta un poco el pie del pedal para tomar un soplo de aire fresco.
  • Disfruta y aprovecha cada segundo. Dispongas de mucho o poco tiempo, aprovecha cada segundo y minuto al máximo pero esto no quiere decir que te tengas que matar, es distinto matarse a rodar que disfrutar con cada rodada. Si tienes 60 minutos, disfruta cada pedalada y si son 25 kilómetros, son 25 como si se realizasen 20 kilómetros.
  • La alimentación, muy importante. Si además de salir rodar practicando uno de los deportes más completos, quieres bajar esos kilillos de más ya que se nos aproxima las fechas de playas y piscinas, la combinación entre el ejercicio en bici y una dieta equilibrada es la clave para lucir un cuerpo de escándalo, pero como todo no hay que llevarlo al extremo, no tenemos que dejar de comer y practicar mucho deporte, es más si practicamos deporte, vamos a necesitar de una buena alimentación porque el cuerpo necesita “gasolina” y sin la comida, poco vamos a realizar. Es importante cada vez que vayamos a salir a dar un paseo o a entrenar, llevar algo de comida siempre con nosotros como algo de fruta o alguna barrita por si nos da el bajón en mitad del trayecto.
  • Tu cuerpo, al que debes de escuchar. Nuestro cuerpo cuando no puede más, no puede más y te lo dice claramente, otra cosa es que no sepamos escucharlo y esto es bastante importante. Cuando estamos cansado, más de lo normal, de todo el ajetreo de nuestra vida diaria, si además salimos a entrenar con la bici, es necesario rodar lo más suave posible. Y si el cansancio es debido a salidas anteriores en bici, echa el día en casa que no va a pasar nada.
  • Siempre, siempre, estirar. Y cuando terminemos nuestra ruta, es NECESARIO y casi OBLIGATORIO, los estiramientos. Cuando estemos ya relajados, debemos de estirar para que nos recuperemos antes y para que posibles contracturas no nos aparezcan. Es importante porque las lesiones musculares no nos avisan como otro tipo de lesiones y con los estiramientos correctos nos evitaremos muchos problemas.

Todos los consejos que os podíamos dar, los tenéis aquí y si hay alguno que se nos escape, pues aportarnos todo el tipo de información que tengáis. No se nos olvida incluir tener el seguro de bicicleta, pero eso ya lo sabemos más que de sobra.

Recuperación tras el entrenamiento en bici

Una vez que hemos llegado a nuestra meta o dejamos aparcada nuestra bici en nuestro garaje tras un entrenamiento, no pensemos que hemos terminado nuestro entrenamiento porque ahora viene una de las partes más importante y fundamental que pocas veces valoramos, por no decir casi nunca, no, no es el seguro de ciclistas, pero casi.

Esta parte del entrenamiento que nos queda, va a variar en función de cómo procedamos en cuanto a nutrición tanto los minutos anteriores al ejercicio como las horas posteriores al ejercicio en bici. Si has infravalorados unas pautas que resultan necesarias y obligatorias para concluir un entrenamiento ideal, cuando se cumplan una serie de días y en esos mismos se desee subir las pulsaciones o queramos subir la potencia y nos demos cuenta que nos cuesta un esfuerzo extra o superior del que nos debería para poder alcanzarlos es debido a que las pautas de nutrición que hemos llevado no han sido las más adecuadas y por lo tanto todos nuestros esfuerzos han resultado en vano.

Siempre nos vamos a encontrar con todos aquellos que ponen la excusa más fácil, la excusa de lo complicado que resulta el tema de la alimentación. También podemos encontrar con el típico de “es que me canso de pasta”… es que no solo de pasta vive el deportista, además de arroz o pasta, existen muchos otros alimentos indicados, más variedad de alimentos que satisfacen la condición de recargar.

Si que tenemos que dejar claro, que dependiendo del tipo de entrenamiento o ejercicio que hayamos estado desarrollando, las pautas establecidas para la alimentación así como los alimentos variarán. Hay que tener en cuenta que bien hayamos ido a ritmo de competición pura y dura o si hubiéramos ido contemplando de manera pausada el paisaje, los depósitos que mantienen el nivel de glucosa en sangre, a su vez depende de los depósitos hepáticos que con total seguridad necesiten una recarga si es que no quieres que sean tus músculos los que le den glucosa a nuestro organismo.

Para que no nos ocurra ningún tipo de problema, a partir de ahora tenemos que tener muy en cuenta lo siguiente:

  • Índice glucémico de los carbohidratos que consumas.
  • El momento del consumo al finalizar el entrenamiento o ejercicio.
  • La cantidad ingerida.

En primer lugar vamos a hablar de los tipos de hidratos de carbono que deberíamos de consumir tras realizar un entrenamiento con nuestra bici. Los carbohidratos que vamos a necesitar tomar son aquellos que cuentan con un índice glucémico elevado pero al mismo tiempo moderado.

El índice glucémico es el punto que apunta la capacidad que tiene un carbohidrato para convertirse en glucosa, ¿por qué debemos de ingerir carbohidratos de alto nivel glucémico? Debido a que estos mismos se transforman velozmente en glucosa una vez que se encuentran en nuestro organismo y provocan que se ingiera inmediatamente por el músculo.

En cuanto hayamos finalizado el entrenamiento, en las dos primeras horas es necesario tomar los productos que contengan un alto índice glucémico y a partir de la tercera hora, empezar a  bajar a productos con un nivel glucémico entre moderado y bajo pero sin que superen el tercio del total de los hidratos que ingieras.

Todo esto es debido a una simple razón, ya que si después de finalizar la sesión ingerimos productos con un índice glucémico bajo, bien sea en escasez o en abundancia, la recuperación de los depósitos de glucosa se realiza de manera más pausada ya que además de consumir carbohidratos, los alimentos uqe consumamos deberían ser alimentos que no varíen ni modifiquen el índice glucémico, ¿de qué alimentos hablamos? Aludimos a alimentos como las grasas.

El problema de la mezcla de alimentos reside en que si combinamos alimentos con un índice elevado de glucemia con proteínas o grasas, por ejemplo, se ralentiza la digestión y por lo tanto la rapidez con la que la glucosa aparece en la sangre no es la misma. Está casi totalmente prohibido tomar pastelitos de bollería industrial debido a la estrepitosa cantidad de grasas que contiene como los altos niveles de azúcar. Recomendamos por ejemplo, pasas o plátanos por el alto índice glucémico.

Si podemos escoger los alimentos que vamos a tomar tras terminar el entrenamiento, los zumos son una de las mejores opciones, siempre se sean frutas con un índice glucémico alto, además de uqe sea lo más madura posible ya que también aumenta el índice como la piña, naranja, melocotón… A la hora de la comida, podemos optar por caldos de arroz, ensalada de pasta o arroz o paella por ejemplo.

Como indicamos más arriba, es importante controlar el índice glucémico de los alimentos pero igual de importante resulta cuando es el momento adecuado para la ingesta de alimentos.

Una vez que comprendemos que tipos de alimentos tomar, ha llegado el momento crucial: cuándo. El secreto reside en la ingesta de alimentos entre los 30 minutos y las 4 horas después de haber finalizado el entrenamiento, que se altera dependiendo de la intensidad con la que el ejercicio se ha practicado, aunque la verdadera clave está en las 2 primeras horas tras finiquitar el entrenamiento. En este momento, los músculos se encuentran más receptivos y es cuando todavía toma una gran cantidad de alimento porque el sistema cardiovascular conserva la vasodilatación a nivel de tronco inferior que con el paso del tiempo se invierte en cuanto a situación, una mayor parte del riesgo va pasando a la zona del estomago y del abdomen en contra de la zona muscular.

Como ya hemos comentado, la fase más rápida para llegar  acabo la captación de la glucosa se da lugar durante las dos primeras horas tras haber terminado el entrenamiento, que se reconoce como la ventana fisiológica (la fase insulino-independiente). Llega un momento en el que la presencia de la insulina resulta imprescindible y para ayudar a que la recarga de insulina  se produzca de manera más rápida, lo ideal es tomar los hidratos de carbono de forma liquida

Por último, vamos a hablar de la cantidad de alimento que tenemos que consumir ya que hemos hablado de los tipos de alimentos y de cuándo tomarlos, veis no todo es el seguro de bicicleta.

Hay estudios que revelan que consumir una cantidad conveniente de carbohidratos recién terminados el entrenamiento provoca un incremento de la síntesis de glucógeno en más de un 150% y para que todo esto que estamos comentando se realice, es necesario la ingesta de una cantidad entre los 1 gramos/kilogramos por hora  y los 1,2 gramos/kilogramos por hora, cantidad recomendada para las dos horas posteriores a la finalización del ejercicio. Una vez que han pasado las 2 primeras horas, la cantidad de ve reducida, se ingerirá alimentos cada dos horas y con una menor cantidad de carbohidratos por kilo. Que haya perdido lo más grande de calorías durante una marcha no implica que puedas darte el festín de tus sueños.

Cuando nos encontremos los depósitos de glucógeno completos en los comienzos del entrenamiento y entrenemos en intensidad superior al 90% provocan una bajada importante en las propias reservas. Para dar lugar a una mejora del rendimiento, es necesaria una ingesta de alimentos pronto y con el fin de que las reservas de insulina y el poder anabólico que posee se vea aumentado, es necesario consumir hidratos de carbono.

Pues hasta aquí ha llegado nuestro granito de arena para que todo lo que vayáis desarrollando lo vayáis consiguiendo, y como no conseguir el seguro para bicicletas es fundamental.

Las bebidas para después del esfuerzo en bici

A pesar de que seamos deportistas, las bebidas de recuperación tenemos que tomarlas con moderación ya que si les damos un mal uso pueden perder el efecto. Hay muchos deportistas, entre los que podemos encontrar a ciclistas subidos a sus bicis o deportistas de fondo que cuentan con su seguro de ciclista, se preparan su propio concentrado añadiendo grandes cantidades para entrenar porque “se rinde y se recupera uno mejor”, según ellos.

Tenemos que tener en cuenta que no todas las bebidas de recuperación son iguales, y podemos diferenciarlas en tres: hipotónica, isotónica e hipertónica.

Las bebidas hipotónicas son aquellas cuya composición contiene menos de 4 gramos de hidratos de carbono o en su defecto de azúcar por cada 100 mililitros del mismo. Esta baja concentración de soluto hace que la asimilación sea más rápida por parte de nuestro organismo pues la presión osmótica (la presión necesaria para detener el paso de disolvente a través de una membrana semipermeable) es más baja que los fluidos del interior de nuestro cuerpo. Son bebidas muy hidratantes y nos ayudan a quitar la sed pero en cuanto a hidratos de carbonos la aportación es mínima.

Son bebidas indicadas para cuando la práctica de deporte es mínima, es decir, la duración va a ser corta como por ejemplo un entreno de una hora o un partido de pádel. No solo se indica para deportistas, también nos vendrá bien en días de excesiva calor, pero la aportación solida es necesaria. La ventaja que destacamos es que hidrata mucho y nos permite recuperar líquidos de manera rápida. A pesar de que la actividad sea mínima, el seguro para bicicleta no está mal tenerlo.

Las bebidas isotónicas, son las bebidas de recuperación que casi todo el mundo conocemos y son las que comúnmente se toman en entrenamientos o competiciones. Están compuestas entre 4 y 8 gramos de hidratos de carbono o de azúcar por cada 100 milímetros. En esta ocasión la cantidad de soluto concentrado es mayor pero a nuestro cuerpo no es algo que le vaya a afectar negativamente porque la presión osmótica de ambos líquidos es igual. Lograremos quitar la sed, hidratarnos y dotarnos de energía en cada buche que le demos.

Es la bebida perfecta para los deportistas porque aúna equilibrio: HIDRATACIÓN, RESCINSIÓN DE LA SED Y ENERGÍA. Vamos a mantener los niveles de energía y de hidratación en esfuerzos elevados.

Las bebidas hipertónicas son aquellas cuyo soluto concentrado es de más de 8 gramos de hidratos de carbono o de azúcar por cada 100 mililitros de la disolución y por lo tanto la presión osmótica es más alta que la de los fluidos de nuestro organismo. Al tener una dosis más alta de soluto, la absorción se realiza de una manera más lenta que el agua por lo que puede ser normal que suframos una bajada en cuanto al rendimiento por la deshidratación sufrida.

Este tipo de bebidas se aconsejan tomarlas antes de realizar algún tipo de entrenamiento y es muy importante recordar que no debemos tomar este tipo de bebidas en días de elevadas temperaturas y es recomendable su uso conjunto con otras bebidas de tipo hipotónica o isotónica ya que evitarás, de tal modo, sufrir una deshidratación.

Si en los botes nos indican las instrucciones, es decir, la mejor forma de poder emplearlos, ¿por qué no hacerles caso? Si en las indicaciones nos aconsejan echar un cazo, pues un cazo y no los que queramos. Obviamente, la concentración de las sales y los hidratos pasa a ser el doble de lo necesario y aconsejable.

No por echar más, vamos a recuperar antes ya que más que ventajas, nos pueden venir efectos contraproducentes.

Por otra parte, podemos hablar de la moda que se ha instaurado en la sociedad de vender las bebidas isotónicas (unas bebidas de recuperación) como la perfecta bebida hidratante para consumir diariamente. ¿Por qué debemos de tener un especial cuidado con esto? Pues es bien sencillo, ya que estas bebidas están indicadas para personas que practican algún tipo de deporte.

Estas bebidas se venden como el perfecto aliado para tener una vida más saludable, y esto no es del todo falso, pero en primer lugar es necesaria una pérdida de minerales a través de la sudoración para que realicen su función concreta.

Cuando nos enfrentamos a algún ejercicio, nuestro cuerpo va eliminando sales minerales a través del sudor y es por esto mismo que los minerales tienen que reponerse, y un ejemplo es a través de las bebidas isotónicas.

Si se consumen este tipo de bebidas cuando no se ha producido una pérdida de minerales, nuestro cuerpo está recibiendo una porte extra de minerales, por lo que el propio cuerpo aumenta sus niveles de sodio, potasio, entre otros. Si tomamos como costumbre ingerir este tipo de bebida, puede acarrearnos una serie de consecuencias negativas ya que podríamos desarrollar una enfermedad referente a los riñones, además de aumentar la posibilidad de desarrollar arritmias cardiacas.

Como podéis ver, las consecuencias no son ninguna tontería, por lo que lo mejor será eliminar este tipo de bebida de nuestra dieta si no dedicamos nuestro tiempo a la práctica de algún deporte. Eso sí, nunca eliminar el seguro para ciclistas.

En bici, ¿sentado o de pie?

Cuando vamos en bici o estamos entrenando llega un momento que ir sentado no nos impulsa lo suficiente y necesitamos pedalear de pie para aplicarle esa fuerza extra sobre los pedales que no terminamos de alcanzar sentado ya que de pie se pone más corporal. Todo esto viene al quitar peso al sillín provoca que todo el peso del cuerpo caiga en los pedales. Las manos van sobre el manillar y es en esta parte donde la técnica se aplica de la mejor manera ya que las manos casi no reciben presión y su finalidad es guiarla dirección de la bici, hacia donde vamos, al igual que la finalidad del seguro para bicicleta, que es ayudarnos en todo lo referente a su bicicleta.

Cada pedalada con la que vamos avanzando, más de la mitad de la masa del cuerpo cae, de ahí que al desnivelar la bici, o como dirían los tradicionales, bailarla, hace que caiga más del 50% del peso hacia un lado y hacia el otro. La mejor posición es la que se toma cuando vamos a acelerar en un sprinter donde el balanceo de la bicicleta es bastante rápido provocando así un mayor número de kilos a cada lado, con cada pedalada y a una velocidad cada vez mayor terminando en vertical cuando la aceleración llega a su fin.

Por lógica parece simple pensar que cuando pedaleamos de pie, la fuerza es mucho más fuerte por los kilos que ayudan a generar una potencia muy superior pero al mismo tiempo el gasto de energía que se realiza es muy superior, bastante normal por otro lado. Todo ello concuerda con el sentido común de que el ascenso que se realiza en el puerto se produce sentado combinándose con intervalos de pie para acelerar, para aumentar la velocidad o mantenerla, pero más bien para conservarla, el ciclista decide sentarse ya que el esfuerzo es muy grande.

Tenemos que tener muy controlado cuando nos vamos a levantar debido a que ese ejercicio se realiza durante un tiempo concreto, un tiempo que rondaría entre los 10 y los 20 segundos con la finalidad clara de acelerar o mantenerse en la velocidad concreta aplicando más fuerza de la necesaria que nos ayude a sentarnos en una situación de velocidad antes de levantarnos del asiento. Si no podemos elevarnos del asiento por la pendiente, mantener la velocidad o perder la mínima posible es el mayor triunfo que podemos conseguir.

Muchas personas hablan de los ciclistas que tienen como costumbre ascender en su mayoría de pie y es que todo ello tiene una explicación lógica. La persona que tiene por costumbre pedalear más de pie que sentado es debido al hecho de que ir sentado les cuesta más o van peor que de pie, pero vayas o no sentado, el seguro de bicicleta siempre es conveniente tenerlo.

Si la persona se siente que va más a gusto subido a los pedales que sentado sobre el sillín, la condición física que presenta el ciclista es lo suficientemente adecuada para poder aguantar y mantener un aporte plus metabólico que en principio no se daría.

De todo ello podemos derivar a unas conclusiones o a unas instrucciones generales del porqué

  • El ciclista eleva la posición del sillín hasta ponerse sobre los pedales con todo su peso para poder optar a aumentar la velocidad (aplicando una fuerza mayor). De aquí a lo que concluiríamos sería a evitar, por todos los medios, una deceleración.
  • Con cada pedalada que se dé, intentaremos posicionar la mayor cantidad posible de masa, además de apoyo en cada pedal, evitando dejar algún tipo de peso innecesario sobre el manillar.
  • La bicicleta debe de ladearse lo máximo posible en cada una de las ocasiones para ocasionar un vector de fuerza más impetuoso.

Ya sabéis, pedaleéis sentados o de pie, el seguro para ciclista, un básico a tener.