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Velocitylight, más seguridad para los ciclistas

Los ciclistas necesitamos un extra en seguridad ya que la bicicleta es un medio más inseguro que cualquier otro vehículo. Además de la importancia  y la seguridad que nos proporciona contar con un seguro para ciclistas y bicicletas, son muy importantes también los elementos que nos hacen visibles para el resto de los conductores o peatones, como prendas de colores llamativos, luces, timbre, etc.

Con la misión de proporcionar una mayor seguridad a los ciclistas, surge Velocitylight. Es una luz trasera que cumple tres funciones: por un lado, como bien hemos dicho se trata de una luz trasera, cuya función es hacernos visibles para el resto de personas y vehículos, actúa además como luz de freno y, por otro lado, puede ser también velocímetro.
La unión de estas tres funciones resulta bastante útil para los ciclistas.

Consta de una potente luz LED, con más de 175 lúmenes de potencia, lo que hace que la luz pueda ser visible a muchos metros de distancia. Al estar conectada a un velocímetro, los que están detrás pueden ver a la velocidad que circulas exactamente, y así los conductores de otros vehículos podrán reaccionar y realizar maniobras o adelantamientos en función de la velocidad que nosotros llevemos.

Como hemos dicho antes, también actúa como luz de freno, y es que cuando reducimos la velocidad rápidamente o paramos, la luz brillará con mayor intensidad, indicando así que estamos frenando.

Este accesorio se instala en la tija del sillín y también en combinación con el velocímetro que es el que nos indicará a la velocidad a la que circulamos.

Algunas de las características específicas de este accesorio son:

  • 48 LED que dan entre 60 y 180 lúmenes de potencia de luz. Es uno de los más luminosos que existen actualmente en el mercado.
  • Tiene 4 niveles diferentes de intensidad de luminosidad, según las condiciones en las que circulemos. Algo que resulta muy útil.
  • La duración de la batería está entre 6 y 14 horas, según el nivel de luminosidad que hayamos elegido.
  • Las baterías de 1.800 mAh son recargables mediante conexión USB y también incluye un micro USB para poder cargarlo en un ordenador o un simple enchufe.
  • El velocímetro lo podemos poner tanto en kilómetros como en millas.
  • Su peso es de 66 gramos solamente y el tamaño es pequeño (110x60x20mm) similar al de un Iphone.
  • Funciona con el velocímetro que tengamos, si disponemos de uno, o si no Velocitylight ofrece también uno.

No hay problema para adaptarlo a cualquier tipo de bicicleta, y su precio es de 75€ (la luz en sí) y 21€ más si compramos también el velocímetro.

Ya se puede adquirir en la página web y a partir de septiembre será cuando las primeras Velocitylights lleguen a sus dueños. Además, como oferta de lanzamiento, todas las comprar que se realicen antes del 19 de septiembre, tendrán un 10% de descuento.

Cómo elegir el casco para la bici

El casco es uno de los elementos básicos para nuestra seguridad cuando circulamos en bici. Cuando salimos de ruta por montaña o carretera debemos llevar el casco, mientras que por ciudad no es obligatorio para mayores de 16 años, pero sí muy recomendable.

Es muy importante saber elegir el casco a la hora de comprarlo, ya que no todos los cascos son iguales, ni sirven para lo mismo, y sobre todo tienen que estar homologados para que nos garanticen nuestra seguridad. No vale comprar un casco cualquiera. Además es imprescindible a la hora de contratar un seguro de ciclista.

¿Para qué sirve el casco?

Usando casco cuando vamos en bici reduce el riesgo de lesiones en caso de caída o accidente hasta un 85%. Además es imprescindible a la hora de coberturas del seguro de ciclistas de asistencia que puedes contratar en Biciplan. El uso de casco es obligatorio según el Reglamento General de Circulación, por vías interurbanas, con la excepción de rampas ascendentes, en situaciones de calor extremo o por razones médicas.

Cuando compremos un casco es imprescindible que nos lo probemos en la misma tienda antes de adquirirlo, ya que debemos comprobar dos cosas fundamentales.
Por un lado, tiene que tener un tamaño que se ajuste perfectamente a nuestra cabeza. Y, por otro lado, debe ser cómodo de llevar, sin que nos cause ninguna molestia, sino podríamos hacernos daño o simplemente que nos dé pereza llevarlo puesto.

¿Cómo sabemos si el casco está bien ajustado?

Para que el casco sea eficaz es esencial que esté bien ajustado a nuestra cabeza. Algunos modelos llevan unas almohadillas o una goma elástica simplemente, pero para una mejor adaptación hay otros que añaden un anillo de plástico que rodea todo el casco y que se ajusta a la medida de la cabeza a través de una rueda en la parte posterior.
Debemos regular también la longitud de las correas de manera que el caso no pueda moverse, aunque sin que llegue a resultar incómodo. Estas correas deben rodear también las orejas, nunca taparlas.

El casco se coloca en posición horizontal, nunca inclinado hacia la nuca o sobre los ojos, y que al mover la cabeza no se mueva y permanezca perfectamente en su sitio y ajustado, aunque sin llegar a apretar demasiado la cabeza.
Es esencial que todos estos parámetros se cumplan, ya que el casco debe quedarnos cómodo, como mencionamos anteriormente, porque por nuestra seguridad es necesario llevarlo siempre abrochado.

Si hemos tenido algún accidente, caída o golpe, tenemos que cambiar el casco, al igual que pasa por ejemplo con el casco de una moto. Aunque parezca a simple vista que el casco no está dañado ni tiene nada, su capacidad para absorber los golpes se podría haber visto afectada y podría no ser tan efectivo si tenemos otras caídas.

Además de su ajuste, debemos fijarnos también en otras características que pueden resultarnos muy útiles.

Como mencionamos al principio, es importante que el casco esté homologado. En la etiqueta del casco debe aparecer “EN1078”, con esto nos indica que cumple la norma de homologación europea. Junto con esto, también puede aparecer en la etiqueta la vida útil del casco, es decir, el tiempo que recomienda el fabricante que lo podemos usar. Por norma general, se recomienda que el casco no tenga más de 2-4 años de fabricado, para asegurar que los materiales están perfectamente y funcionen ante cualquier impacto.

Debemos tener en cuenta también el aspecto exterior del casco, muy importante para que los demás vehículos o peatones nos vean y evitar así posibles accidentes por falta de visibilidad, entre otros. Los colores llamativos son más recomendables, así como unas franjas reflectantes.

Los orificios de ventilación que tienen los cascos no funcionan tanto por el número de orificios que tengan sino más bien por su diseño y su posición, dan más aerodinámica y también es recomendable que éstos vayan provistos de una malla que impida la entrada de insectos.

La carcasa exterior y el material interior que absorbe los golpes pueden ir unidos de dos formas: en unos casos puede ir pegada, algo no muy positivo ya que puede despegarse en algún momento. en otros casos, y es lo más recomendable, la carcasa está directamente modelada sobre el material interior, esta forma es mucho más segura.

Por último, el sistema de cierre del casco más práctico y cómodo es el de tipo clic, con dos piezas de plástico que encajan la una con la otra y se abre apretando los dos laterales. Aún así hay que comprobar que se cierra bien y que no se abre con demasiada facilidad.

En tiendas especializadas podrás encontrar, además, diferentes cascos para la modalidad de ciclismo que queramos practicar o según la ruta que vayamos a realizar, por ejemplo, cascos para ciclismo de montaña, de carretera, ciudad, etc.

Cuando salimos en bici lo principal es nuestra seguridad y también la de los demás que se cruzan con nosotros, por lo tanto debemos equiparnos con todo lo necesario para poder evitar graves lesiones en caso de accidente o caída. Llevando el casco podemos evitar muchas desgracias, así que os animamos a que lo uséis siempre y disfrutemos de muchas más salidas en bici.

Importancia del timbre en la bici

La seguridad a la hora de ir en bicicleta es esencial, a diferencia del coche, en bici vamos mucho más desprotegidos, por lo que debemos contar con diferentes instrumentos que nos ayuden a protegernos o al menos avisar a los demás de nuestra presencia.

Todos conocemos elementos como el casco, prendas reflectantes, luces… pero muchas veces se pasa por alto uno muy importante como es el timbre. La importancia del timbre en una bicicleta es enorme. La bici es un medio de transporte muy silencios en comparación con otros como coches o motos, por lo que tenemos que advertir de nuestra presencia de alguna manera a los demás vehículos o peatones, para ello el timbre es esencial.

Probablemente algunos de vosotros os habréis preguntado si llevar timbre es obligatorio, pues bien, llevarlo por ciudad es obligatorio, según la ley “Los ciclistas podrán hacer uso del timbre para advertir de su presencia a otros usuarios de la vía”, de hecho, en muchas ciudades están comenzando a multar a ciclistas por no disponer de uno.

Contar con un timbre no supone un gran coste de dinero, ya que se pueden encontrar timbres básicos e iguales de útiles por un módico precio, alrededor de unos 3 euros.

Como siempre, hay timbres de todos los tamaños, formas, precios, colores, y para todos los gustos de los ciclistas. Hay timbres personalizables y de todo tipo, y es que con el boom de las bicis, estos tipos de accesorios tampoco se han quedado atrás, y han incorporado innovaciones y elementos para llamar la atención de los ciclistas.

Por un lado, podemos encontrar el timbre clásico, con sonido metálico. Dentro de estos, hay timbre de cobre, por ejemplo, que emiten un sonido más prolongado que un timbre de zinc.

Hay otros tipos más originales o divertidos tipo claxon, con forma de trompeta o de diferentes muñecos, que se pueden apretar para que suenen.

Si quieres otros tipos de sonidos, hay timbres que emiten diferentes sirenas, como por ejemplo alguna parecida a la de la policía u otras.

Incluso encontramos ya timbres con radio incorporada, todo con las últimas tecnologías.

Se trata de ser diferente y tener, además de la bici más moderna y única, el timbre más original y que encaje con nuestra personalidad y estilo.

Camino de Santiago en bici

El Camino de Santiago es probablemente el itinerario de gran recorrido más conocido de España. Cada vez más, la bicicleta se ha convertido en uno de los medios de transporte más adecuados y populares para la realización de este camino.

Hay diferentes rutas para realizar con nuestra bici: el Camino Francés con 760km (aproximadamente), el Camino Aragonés con 820km, la ruta primitiva con 315km, el Camino Vasco con 201km, el Camino del Norte con 800km, la Vía de la Plata con 690km, el Camino Sanabrés con 363km, el Camino Portugués con 117km.

A la hora de decidir cómo realizar el camino, es primordial que elijamos qué tipo de bicicleta vamos a llevar, ya sea de montaña, de carretera o híbrida.
La bici de montaña puede ir, en principio, por los mismos caminos que recorren las personas a pie por lo que es una ventaja a tener en cuenta, no tiene muchas restricciones en cuanto al terreno por el que podemos circular y ofrece una mayor facilidad de pedaleo.

La bici de carretera, como bien indica su nombre, es para ir por la carrera y puede resultar más cómoda a la hora de realizar el camino, ya que no encontraremos tantos obstáculos en el terreno como podríamos tener con una bici de montaña.

Otra elección podría ser la bicicleta híbrida, que consiste en una mezcla de las dos anteriores, este sería el caso más conveniente, ya que se ajusta a todo tipo de situaciones.

Una vez que hayamos decidido realizar el Camino de Santiago en bici y seleccionado la bicicleta, debemos tener en cuenta que realizar esta peregrinación supone asumir una serie de riesgos, ya que en bicicleta estaríamos expuestos a sufrir algún accidente con mayor probabilidad que si realizáramos el camino andando, y además con otro inconveniente, y es que podrían robarnos la bici.
Por esto, en los últimos años están aumentando la contratación de seguros de bicicletas, pero no solo en el tiempo de duración en el que se realiza el camino, sino durante todo el año, ya que, como comentan muchos ciclistas, es más rentable contratar un seguro anual, porque no se trata solo de estar protegidos mientras están haciendo el Camino de Santiago, sino que tener este tipo de seguros les proporciona una tranquilidad y seguridad siempre, en cualquier momento.

Antes de ponernos en marcha, debemos tener una buena preparación: física, mecánica y técnica.
Preparación física. Seamos o no aficionados al ciclismo y lo practiquemos con más o menos frecuencia, quizá no nos hayamos enfrentado nunca a tantos kilómetros cada día. Por esto es importante tomarse en serio la preparación física. Se aconseja visitar al médico para hacernos un chequeo o revisión y asegurarnos que podemos realizar el trayecto sin problemas.
Por otra parte, tenemos que realizar un entrenamiento que comience con pocos kilómetros e ir aumentando poco a poco, progresivamente, ya que siendo constantes es como veremos nuestros progresos.
A estos entrenamientos podemos añadir ejercicios diarios para ganar elasticidad en los músculos de las piernas, espalda y cuello.

Preparación mecánica. Tenemos que asegurarnos que nuestra bici está en perfecto estado, para ello se aconseja llevarla a un mecánico que nos aconseje si necesita algunas mejoras o arreglos.

Preparación técnica. Si tenemos algún conocido que sea más experimentado en ciclismo o haya realizado ya el camino en bici, nos pueden aconsejar sobre el entrenamiento, qué postura es mejor en la bici, cuándo hacer los cambios de marchas, etc.

Un aspecto importante a tener en cuenta es el equipaje. En nuestra bici no podemos llevar gran cantidad de bultos, por lo que seguramente tendremos que adaptar algunas alforjas o bolsas que nos permitan poder cargar más cosas en la bici.
Es importante llevar el peso siempre equilibrado para que sea más cómodo a la hora de pedalear. Lo más cómodo es llevar alforjas o parrilla en la parte trasera de la bici, y un triángulo hombrera colocado en la barra del sillín para guardar por ejemplo las herramientas básicas.

Se recomienda llevar ropa ligera y ajustada que no haga mucha resistencia al aire, los colores deben ser no muy oscuros pero sí llamativos para hacernos visibles ante los demás vehículos.

Recordar de nuevo la importancia de la seguridad al circular en bicicleta, el Camino de Santiago se trata de un trayecto de muchos kilómetros, y lo que queremos es disfrutar de esta experiencia y no preocuparnos de nada más, por todo esto es muy recomendable contar con un seguro para nuestra bici. En Biciplan comparamos seguros para bicicletas y seguros para ciclistas entre las mejores compañías aseguradoras y a precios muy asequibles.

Preocupémonos tan solo de disfrutar con nuestra bici…