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Paris y bici, perfecta combinación.

¿Quién no ha soñado con Paris en más de una ocasión? o ¿quién no ha querido recorrer las calles más míticas de parís y pasar por los monumentos más característicos sobre su bici? Pues aquí os traemos una guía completita de Paris para que podáis ver todo lo que queráis subidos a vuestra bicicleta ¿Llevas tu seguro de bici? Me fío, así que vamos.

El día que lleguemos, aunque nos vamos a ir poniendo las pilas para lo que será el día siguiente, el día de pedaleo máximo, vamos a salir con nuestra bici para llevarnos una primera impresión del París en el que estamos.

Así que vamos cogiendo ritmo y nos vamos a acercar a ver el monumento emblemático de la ciudad, no, no es Disneyland Paris, es la Torre Eiffel.

La Torre Eiffel es una construcción de hierro de unos 300 metros de altura creada para la Exposición Universal de Paris de 1889 creada por Gustave Eiffel y que tuvo una duración de realización de poco más de dos años. La Torre Eiffel  es el monumento más visitado del mundo con más de siete millones de visitantes anuales. Subir a la Torre Eiffel es casi obligatorio, siempre y cuando no tengas vértigo y aunque sea así, deberías de subir.

Una recomendación, subir cuando empiece a anochecer es el mejor momento del día, disfrutando de las luces en su completo esplendor.

Y después de contemplar París desde su monumento estrella, nos vamos a coger fuerzas hacia el Barrio Latino.

El Barrio Latino es un barrio del centro de París que ocupa el quinto distrito y parte del sexto. Su ubicación se encuentra alrededor de la Universidad de Paris, la Universidad de La Sorbona, en la orilla izquierda del Sena. Es un barrio turístico por lo que disfrutar de comida y bebida no nos va a ser muy difícil y debido a la afluencia estudiantil las ofertas de ocio es cada vez mayor.

Tras atravesar la Plaza de Saint Michel, donde podemos observar la enorme fuente donde se encuentra la figura de San Miguel combatiendo con un dragón, se ofrece a nosotros las callejuelas que constituyen el barrio.

¿Qué aconsejamos ver? Al tener una gran cantidad de lugares por ver, nosotros destacamos el palacio y los jardines de Luxemburgo, La Sorbona o la biblioteca de Santa Genoveva.

Y si después de cenar os apetece disfrutar tomar una copa bajo la luna parisina, podemos dirigirnos a Île de la Cité, una de las islas naturales que podemos encontrar en el Sena. Es el corazón de la capital y el lugar de fundación de París. Tomar una copa con Notre Dame junto a nosotros es más que un placer, es un privilegio.

  • Día 2, Bici lista y a pedalear.

Hoy va a ser un día bien completito, por eso mismo tenemos que haber descansado bien. Así que 1, 2, 3, pedalea otra vez, con tu seguro de bici, por supuesto.

  • Los Inválidos.

El formidable complejo que forma el Palacio Nacional de los Inválidos se construyó en el siglo XVII como lugar de acogida a los soldados franceses que se hubiesen retirado del servicio militar.

El compuesto arquitectónico sobresale por la cúpula dorada (el domo, le Dôme) de la capilla de San Luis construida por orden de Luis XIV.

En cuanto a templos religiosos, tenemos por una parte la Iglesia del Domo, un panteón militar en el que se guarda el sepulcro con los restos (cenizas) de Napoleón I y por otra parte, la iglesia de los soldados, decorada con miles cientos de trofeos que se le despojaron al enemigo.

Además en Los Inválidos, podemos contemplar los diferentes museos y monumentos nacionales que se albergan como el Museo del Ejército, Museo de la Orden de la Liberación…

El Palacio Nacional es uno de los monumentos más importantes de Paris, tanto por su belleza artística como por ser la esencia del pasado de París.

  • Grand Palais y Petit Palais.

Y para dejar atrás Los Inválidos, vamos a ir cruzando la explanada para llegar al puente de Alexandre III, considerado el puente más bonito de París y continuando recto podremos admirar la belleza del Grand Palais y el Petit Palais.

  • Campos Elíseos.

Si seguimos por la Avenida Churchill llegaremos a los magníficos y formidables ChampsÉlysées,  los Campos Elíseos y desde los cuales podremos observar el Arc de triomphe, el Arco del Triunfo, en la plaza de l´Etoile, un símbolo nacional, es un nexo entre el París antiguo y el parís del presente. Subir si se puede porque ir hasta su cima hace que podamos observar unas vistas preciosas.

  • Plaza de la Concordia.

Si reculamos por los Campos Elíseos, vamos a llegar a la Plaza de la Concordia, tan conocida por las ejecuciones llevadas a cabo por la guillotina que acabaron con la vida de casi 1300 personas y en la misma podemos observar el obelisco de Lúxor donado por el virrey de Egipto. La plaza queda terminada con dos fuentes monumentales. Desde la propia plaza podremos observar por sus cuatros vistas, al oeste los Campos Elíseos, al este los Jardines de las Tullerías, al sur la Asamblea Nacional y a norte la Iglesia de la Madeleine.

  • Museo del Louvre

Una vez que hemos llegado a la calle Saint Honoré, al lado podremos visitar la Plaza Vendome y de allí si seguimos recto, alcanzaremos los Jardines de las Tullerías cuyo fin se encuentra en el Museo del Louvre. A pesar de que tengamos poco tiempo, visitar el Museo del Louvre es casi una necesidad. Se creó a finales del siglo XVIII y se cataloga como el más importante de Francia y el más visitado de todo el mundo.

El Museo del Louvre se aloja en el Palacio del Louvre y para romper con la monotonía de bloques grises, en 1989 se construyó una pirámide de cristal que sirven de puerta de acceso.

La colección que alcanza el museo es impresionante cerca de 300000 obras anteriores a 1948 de las que se expone 35000. Entra las pinturas más importantes nos sonaran nombres como La Gioconda, de Leonardo Da Vinci o Las Bodas de Caná, de Veronés y entre sus esculturas destacan La Venus de Milo de la antigua Grecia o El escriba sentado del antiguo Egipcio.

Montmartre es uno de los barrios más peculiares y con más encanto de todo Paris. Ubicado en una colina, es también conocido como el “barrio de los pintores”, sus curiosas y pequeñas calles crean un entramado que incluye desde los cabarets más antiguos hasta los alrededores de la Basílica del Sagrado Corazón.

Montmartre es un barrio con dos caras diferenciadas, una de ellas es la que se encuentra en las proximidades de la Plaza Pigalle donde reinan las luces de neón de algunos cabarets y en el cual se distingue por encima de todo al conocidísimo Moulin Rouge que cada año atrae a cientos de turistas a sus míticos espectáculos y por otra parte tenemos la Montmartre bohemia, en la Place du Tertre, en la parta alta.

Y de allí nos dirigimos a la Basílica del Sagrado Corazón, donde se puede tomar una de las mejores instantáneas de la ciudad.

Y para finalizar el día, una pequeño descanso y una buena ducha para salir a disfrutar del Paris nocturno.

  • Día 3, C´est fini.

Por ser el último día que nos encontraremos en la ciudad, las pedaleadas van a ser menos fuerte porque prácticamente tenemos muchas cosas vistas.

Primero, vamos a volver a Notre Dame, ya vista de noche y ahora a visitarla de forma turística. Subir para fotografiar las gárgolas y luego recorrer la catedral es una experiencia recomendable. De allí vamos a poner rumbo hacia la Place Louis Lépine donde se asienta el mercado de las plantas y tomando el Boulevard du Palais, vamos a cruzar el Puente de Saint Michel para ir al Barrio Latino. Por el barrio tomaremos la Rue Soufflot vamos a dirigirnos al Panteón, otra visita indiscutible de París

¿Tienes más tiempo?

  • Museo de Orsay
  • Disneyland
  • Palacio de Versalles…

Creo que no te va a dar tiempo a aburrirte…

Y con todo esto llegamos a nuestro fin, si nosotros estamos cansados imaginaros cómo está quien nos ha llevado a nosotros, nuestra querida bici aunque sabe que como tiene su seguro de bicicleta contratado no se preocupa de nada.

Y seguimos con la bici por Lisboa

Tras una primera jornada donde el centro nos lo hemos recorrido perfectamente, toca poner la bicicleta a punto de nuevo para empezar el día con fuerza, porque seguimos pedaleando Lisboa, tiempo libre y el mejor seguro de bicicletas, ¿qué más puedo pedir?

  • Día 2: Sintra, Cabo da Roca y Cascais

Ir a Lisboa y no ir a Sintra es como quien va a Sevilla y no visita la Giralda. Sintra es el destino imprescindible si vamos a Lisboa. Es un pequeño pueblo a unos 20 kilómetros de Lisboa donde destaca su casco antiguo y los palacios históricos que la envuelven. Si tenemos un poco tiempo podemos realizar la visita por los maravillosos acantilados de Cabo da Roca y para finalizar podemos descansar en Cascais y Estoril.

Así que coge la bici (tenla bien preparada) porque en 3, 2, 1, nos ponemos manos a la obra con Lisboa.

Como todas las ciudades, Sintra está compuesta por dos caras. Por una parte encontramos la cara moderna de la ciudad que es el centro de la ciudad en cuanto a alojamientos y poco más, nada de especial pero si nos vamos adentrando en el verdadero centro, la parte antigua, nos va a ir embelesando cada vez más. Esta parte antigua del pueblo se localiza en las faldas de la Sierra, un pequeño pueblo pero con mayor encanto y provisionado con todo, como la cultura con los imponentes palacios que ha ocasionado que la Unesco la declare Patrimonio de la Humanidad y sus tiendas de recuerdos y restaurantes.

Como hemos comentado los palacios destacan sobre todas las cosas en Sintra. Entre los más destacados, encontramos el Palacio da Pena y los jardines que lo rodean, aunque con el mismo interés encontramos otros palacios como el Palacio Nacional y la Quinta da Regaleira, una finca en cuyo interior destaca la estructura de cuevas y estanques del jardín.

En lo alto de la colina, nos vamos a encontrar con el Palacio da Pena y el Castelo dos Mouros, aunque del Castelo quedan pocas ruinas merece la pena pasear por ellas y por el Palacio da Pena, increíblemente bello en todos los sentidos: ubicación, arquitectura… El Palacio puede visitarse y es el principal atractivo de la ciudad. Desde el podremos disfrutar de las formidables vistas de toda la Sierra de Sintra y sus alrededores.

Si nos bajamos de la montaña y volvemos al centro, allí nos espera el Palacio Nacional de Sintra datado del siglo XVI que destaca por su blanca fachada y sus chimeneas en forma de torre, una mezcla de estilos arquitectónicos.

  • Cabo da Roca

Volvemos a coger la bicicleta para bajar de Sintra y si nos dirigimos desde allí hacia el oeste, atravesaremos pueblos de la Sierra hasta llegar a la costa y podremos dirigirnos a la playa das Maças, una visita más que recomendable. Además de tostarnos en la playa, no deberíamos de perdernos los acantilados de Cabo da Roca ya que, por una parte disfrutaremos de unas vistas envidiables desde los 140 metros de altura y podremos decir que hemos estado en el punto más occidental de la Europa continental.

  • Guincho, Cascais y Estoril.

Y desde las preciosas playas portuguesas, retomamos de nuevo el camino por la costa de Cascais que antes de llegar a la ciudad, primero veremos las playas de Guincho rodeada de dunas y que se puede considerar una de las playas más fascinantes.

Y llegamos a Cascais, un pequeño y tranquilo pueblo que pasó de puerto a ser el lugar elegido por las personas para tener una segunda residencia o para pasar sus vacaciones, eso sí, todos de la clase alta de ahí que el paseo que realicemos por el pueblo esté marcado por algunas de estas mansiones y por las pequeñas playas de gran atractivo.

Aunque tengamos poco tiempo, tenemos que sacar un ratito para visitar Estoril, una zona residencial de aristócratas y personas de la clase alta donde gastaremos nuestro dinero en su famoso casino.

Y una vez que hemos liquidado nuestro segundo día, llegamos al final de nuestros tres días y con él, los últimos descubrimientos de una tierra tan bella. ¿Seguro de bicicleta y bici lista? Pues allá vamos.

  • Día 3: Belém y Parque das Naçoes.

Belém es otra de esas visitas obligadas si vas a Lisboa por muy poco tiempo del que dispongas, pero como vamos en bici, nos da tiempo a verlo todo, todito, todo.

  • Belém

Como hemos comentado anteriormente, Belém, es junto con el centro histórico, esa visita obligada que debes realizar cuando has pisado tierra portuguesa. Belém es un barrio situado a la orilla del río Tajo, casi a las afueras, y ¿qué es lo que la hace tan interesante?, Pues bien sencillo, alberga las mayores obras de la arquitectura manuelina portuguesa, el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, aunque no es lo único que la hace especial.

Si nos ponemos a pedalear no vamos a tener problema para llegar, eso es lo bueno de la bici, aparcas seguro.

El barrio de Belém se considera uno de los lugares de referencia del estilo gótico manuelino, un tipo de arquitectura portuguesa diferenciado de los demás por una fuerte presencia de elementos decorativos propios., una arquitectura datada a finales del siglo XV.

El Monasterio de los Jerónimos, levantado en el siglo XVI, fue creado para memorar el regreso con fortuna del navegante Vasco da Gama de la expedición que realizó por la India. Es la obra religiosa del estilo manuelino. Por otra parte destaca la Torre de Belém, una torre de defensa que en la actualidad se ha convertido en un monumento nacional visitable.

Y si nos queremos ir de Belém con el mejor sabor de boca, tenemos que conocer la archiconocida fábrica de los famosos Pasteles de Belém, nunca mejor dicho.

Los pasteles de Belém son una variedad de pasteles de nata típicos de Portugal con una receta única, especial y secreta, así que si no sabías que llevar de recuerdo con los pasteles acertarás seguro.

  • Parque das Naçoes

Y tras haber recorrido la Lisboa más profunda y más marcada por su patrimonio histórico, llegó la hora de dar un cambio y acercarnos a la parte más moderna de Lisboa. El Parque de las Naciones es la zona de la ciudad que quedó totalmente reformada debido a la Exposición mundial de 1988.

El Parque de las Naciones se ubica en la zona noreste de la ciudad junto al río desde donde podremos contemplar edificios como la Estación de Oriente, el Pabellón Atlántico o el centro comercial de Vasco da Gama, todos ellos unificados por el estilo moderno que tienen y donde predomina el acero pintado de blanco y el cristal.

Junto al río, podremos degustar de numerosos bares y restaurantes y en el mismo barrio tenemos la oportunidad de hacer una visita al Oceanario de Lisboa.

  • Otras alternativas.

Si además tenemos tiempo o algunas de las visitas no os interesa, a continuación os vamos a proponer otras alternativas.

Si nos apetece dar un paseo por el centro moderno de Lisboa, podemos hacerlo desde la Plaza del Marqués de Pombal con dirección hacia el norte y así poder visitar zonas como Picoas o Entrecampos que a pesar de no ser llamativas en cuanto a monumentos, son la pura realidad de día a día de Lisboa. En esta zona podemos ir a la zona más alta del Parque Eduardo VII desde donde podremos realizar una buena instantánea de la ciudad.

Otra de las opciones que podemos realizar es cruzar el río Tajo y así disfrutar de las vistas. Si queremos podemos tomar un catamarán para ir a los distintos barrios. Uno de ellos, Cacilhas, desde su orilla podemos disfrutar de unas fantásticas vistas de Lisboa y si seguimos por la zona podremos visitar también el Monumento del Cristo Rei desde donde podremos ver Belém y el Puente 25 de abril desde un punto increíble.

Pues eso ha sido todo amigos, Lisboa para todos los bolsillos y para todos los gustos, aunque hay algo que no cambiaremos nunca, nuestra bicicleta y cómo no, nuestro seguro de bici.