Seguramente habrás oído hablar o habrás leído en algún lado el concepto de “fixie”, “fixed” o “piñón fijo”. ¿Qué es el fenómeno fixie? El término ‘fixie’ proviene de la expresión inglesa ‘fixed gear’, que se podría traducir como ‘marcha fija’. Esta es una de las principales características de este tipo de bicicletas, ya que solo cuentan con una marcha que, además, es de tipo piñón fijo, es decir, el piñón gira con la cadena y, por ende, con los pedales. El piñón fijo hace que todo movimiento de la rueda trasera se transmita a los pedales.
Una fixie es una bicicleta que representa la esencia del ciclismo urbano que tanto está de moda ahora mismo. No destacan tanto por sus características sino por su carácter icónico y bohemio, ya que representa un estilo o forma de vida más que un medio de transporte en sí. Podemos llegar a conocer al dueño de la bici según su vestimenta y según su estilo de fixie, es esencial contratar un seguro de bicicleta que cubra el robo ya que suelen ser muy golosas para los cacos.
Pero estas bicis que tanto están ahora de moda no son nada nuevo, sino que ya en 1873 Harry John Lawson presentó una patente para la primera bici impulsada por cadena y más tarde John Kemp Starley junto con Lawson fueron considerados los inventores de la bicicleta moderna, que hoy se conoce como fixie. Aunque en 1890, con la llegada del piñón libre, estas bicis de piñón fijo quedaron un poco más en el olvido, aunque como todas las modas, siempre vuelven, con más mejoras e innovaciones, pero la esencia es la misma.
La moda fixie, como muchas otras, viene de Estados Unidos, donde el ciclismo urbano está triunfando completamente entre todo tipo de personas, desde estudiantes, trabajadores, adultos, jóvenes, hasta artistas famosos. Este fenómeno se va extendiendo por más ciudades como Ámsterdam, Londres, Estocolmo, Berlín… donde llevar una fixie es estar a la última moda.
Estas bicis las usaban mensajeros de ciudades como Nueva York, Boston o Londres para moverse de forma más rápida y sencilla al realizar su trabajo. Es una bici muy ligera, aerodinámica, y con ventajas como el manillar estrecho que permite una fácil circulación por la ciudad y evitar posibles obstáculos en sitios más estrechos o entre el tráfico.
Las fixies y el sistema de piñón fijo tienen tanto ventajas como inconvenientes. Entre las ventajas podemos destacar su éxito debido a la customización o personalización de la bicicleta por parte del dueño y su gusto. Los ciclistas urbanos modernos buscan que su bicicleta sea única o tenga algo único que se diferencie del resto de las bicis, y las fixies ofrecen esta posibilidad al poder cambiar la pintura del cuadro, llantas de perfil ancho, sillines con multitud de colores y estampados, etc. Hay tiendas que se dedican a personalizar este tipo de bicicletas.
Ofrecen, además, una mayor ligereza y simplicidad al carecer de sistema de cambio y de freno trasero. Tener menos elementos también conlleva un menor gasto, ya que en teoría tiene menos mantenimiento que una bici normal, tiene menos elementos que puedan estropearse.
Uno de los posibles inconvenientes es que la fixie no tiene frenos. La velocidad se reduce haciendo contrapresión en los pedales, bloqueando la rueda trasera. Puede parecer algo complicado pero todo es acostumbrarse y con la práctica cada vez resulta más fácil.
Para algunos ciclistas es incómodo, además, el hecho de no poder dejar de pedalear en ningún momento, ya que al ser de piñón fijo, no se pueden soltar los pedales, ni siquiera cuesta abajo.
En cualquier caso, el fenómeno fixie empezó siendo una moda que se pensó que sería pasajera pero cada vez más parece que será una bici urbana más y que perdurará en el tiempo.
Pingback: Con la bici en la mochila