La bicicleta, además de ser un aliado para ayudarnos a ponernos en forma y a que nos sintamos cada día más a gusto con nosotros mismos, puede también desarrollar algún que otro inconveniente en cuanto a nuestra salud ya que si no tenemos el correcto control y las proporciones exactas podemos sufrir o recaer de algún lesión. A pesar de que tenga el seguro de ciclista la bicicleta, la salud del ciclista no se puede perder.
Una posición equivocada sobre la bicicleta, un sillín que no esté adecuado a la altura correcta, una incorrecta postura sobre el manillar… son algunas de las malas prácticas que llevamos a cabo cuando vamos subidos a nuestras bicis. Estas malas posturas provocan leves dolores musculares que si no se corrigen podrían desembocar en una lesión algo más grave.
En primer lugar, vamos a hablar de uno de los principales problemas que nos surgen cuando vamos sobre la bicicleta y es la PEDALADA. Esta acción es una continua de flexión y extensión de la rodilla, cadera y tobillo que se ve acompañada por la estabilidad que da la unión de tronco y abdomen, de la zona lumbar.
Cuando vamos pedaleando, se van a poner a trabajar una serie de músculos que harán que seamos en mayor o menor medida eficaces. En la acción intervienen, por una parte, los musculares extensores de la rodilla cuando realizamos la acción de bajada del pedal y por otro lado, los músculos flexores de la rodilla, los Isquiotibiales que llevan a cabo la subida del pedal.
Cuando se nos desarrolla una lesión, estas vienen generadas, principalmente, por una falta de sincronización entre la posición adecuada y las medidas de la bicicleta dónde también contaría la incorrecta altura del sillín o las alteraciones que puedan sufrir nuestro propio cuerpo.
SI anteriormente hemos hablado de la pedalada, ahora vamos a tener en cuenta la ALTURA INADECUADA.
Para que la rodilla tenga un adecuado trabajo, la posición que tenga el sillín va a ser clave ya que una mala altura nos puede derivar algún que otro problema. La perfecta altura del sillín será aquella que nos permita la máxima extensión, es decir, que a una posición correcta la extensión que se produzca sea entre 155 y 160º y una flexión entre 25 y 30º
Otro de los elementos que tiene bastante que ver con el tema de las lesiones, es la LONGITUD DE LAS BIELAS, y ¿por qué es tan importante? Debido a que la longitud de las bielas está directamente vinculada con la presión que se va a ejercitar sobre la rótula, por lo que deducimos que si tenemos puestas las oportunas bielas, los problemas en la articulación de la rodilla se pueden evitar.
Existen distintas medidas de las bielas y está relacionada con la longitud del fémur de la persona por lo que el uso de unas correctas bielas nos harán el pedaleo mucho más fácil. Por ejemplo si tenemos un fémur entre 38 y 42 metros, tendríamos que emplear una biela de 167.5 mm.
Con el cambio de las bielas en una bicicleta cuando se ha estado manejando otras anteriormente, es posible que se pueda desarrollar algún tipo de consecuencia muscular, por lo que los expertos aconsejan que si se va a realizar un cambio de bielas, el cambio de estas no sea superior a los 2.5 mm y una vez realizado la variación, no se debe variar nuevamente, la pierna debe de adaptarse a la nueva altura.
Otro de los problemas que podemos desarrollar con las rodadas en bicicletas es que las lesiones puedan proceder de nuestro propio cuerpo, debido a unas ALTERACIONES ANATÓMICAS.
Aunque parezco raro y a simple vista no se observen, existen dos tipos de piernas, es decir, la presión con la que se ejerza el movimiento con la pierna va a depender en gran medida de la alineación de los ángulos y eso recae en una alineación anatómica del miembro.
Como hemos comentado existen dos tipos de piernas:
- Piernas en “X” o valgas. Se trata de unas piernas donde las rodillas tocan entre sí pero no lo hacen sus tobillos (por eso la forma de X). La tendencia que poseen estas piernas es a rotar internamente o los pies se giran hacia dentro por lo que provoca un esfuerzo extra en la parte del tendón rotuliano, que provoca una tendinitis. La solución más inmediata es la colocación de unas plantillas en el calzado del ciclista y unas cuñas entre el pedal y el calzado en la bici.
- Piernas en “O” o Varo. En este caso, se trata de unas piernas que provoca que los tobillos choquen entre sí pero no las rodillas entre sí (formando entre las piernas una O). Las rodillas al arquearse, provocan un aumento de fuerza sobre la parte externa de la rodilla. La mejor solución es la alineación entre la cadera y el pie y por la ayuda de separadores se puede ampliar la extensión entre el pedal y la biela.
Y por ultimo vamos a ver otra de las posibles alteraciones de nuestro propio cuerpo que sin una corrección nos puede llevar a lesiones cuando vamos pedaleando sobre nuestra bici y a pesar de tener contratado el seguro de bicicleta, la salud de la persona está por encima, ese problema es la DISIMETRÍA DE LAS EXTREMIDADES.
La desigualdad entre la longitud de las piernas ocasiona una discordancia en el empleo de la musculatura que se ve implicada en el pedaleo y que puede derivar en molestias, dolores…
¿Cómo podemos saber si nuestras piernas miden lo mismo o tienen alguna diferencia entre ellas? En primer lugar tomemos una cinta y midámonos y constatemos las tibias y los fémures de ambas piernas.
¿Existe una diferencia? No pasa nada. Primero: Ajustar la bicicleta a la pierna más larga
- Si la diferencia de las tibias es superior a 6mm, colocamos una plantilla de unos 4 mm en la pierna de menor tamaño.
- Si la diferencia de los fémures es mayor a 6 mm, se ajusta el sillín a la pierna más larga y se coloca una plantilla en la pierna más pequeña de unos 2-3 mm.
Ya sabéis lo que tenéis que hacer, además de contratar el seguro de bicicleta, comprobar todo lo que hemos mencionado anteriormente.