Muchos de nosotros hemos podido escuchar en más de una ocasión el llamado “factor Q”, es una medida de gran importancia en el mundo del ciclismo, aunque bastante desconocida por la mayoría de las personas.
El factor Q es la distancia que existe entre las piernas al pedalear y, por tanto, tiene una gran relevancia en la biomecánica, la salud y el rendimiento del ciclista.
Los fabricantes de componentes para bicicletas también se refieren al factor Q como la distancia máxima entre los centros de las bielas, es decir, la distancia que hay entre las caras externas de ambas bielas, justo en el punto donde se atornillan los pedales. Esta distancia no es igual exactamente a la distancia de nuestras piernas al pedalear, por lo que se podrían denominar Factor Q máximo.
Sabiendo el Factor Q máximo de una biela, se podría calcular el Factor Q mínimo, que es la distancia que separa la cara exterior de la biela del eje horizontal del pie. Y con esto, el Factor Q funcional, que sería la distancia existente entre centro y centro de ambos pedales.
El Factor Q funcional es la medida más interesante para los ciclistas, y es la que se debe tener en cuenta. Nuestro factor Q funcional está determinado por la distancia que existe entre las crestas ilíacas de la pelvis, y que puede estar condicionado por alguna inestabilidad plantar o cualquier anomalía física, por lo que puede ser una medida que cambie con el tiempo.
Muchas personas suelen pensar que a menor factor Q, hay una mayor eficacia en el rendimiento, ya que habrá una mayor fuerza en el pedaleo. Ir con las piernas muy abiertas supone una pérdida de energía, pero ir con las piernas muy cerradas es también incorrecto. Hay que tener en cuenta que, como la dimensión del factor Q está determinada por la separación de las crestas ilíacas, esto variará en cada individuo.
El pedaleo del ciclista debe ser cómodo y confortable, por este motivo es muy importante tener en cuenta este factor a la hora de elegir las zapatillas que vamos a emplear para ir en bici. El factor Q también dependerá del tipo de bicicleta que tengamos, ya que no es lo mismo una bici de carretera que una de montaña, teniendo esta última un factor Q mayor.
Por ello, deberíamos tener en cuenta también que no debemos montar en ambos tipos de bicicletas con las mismas zapatillas, ya que el factor Q varía.
En general, este factor es una dimensión poco contemplada por la mayoría de los practicantes de ciclismo pese a la importancia que tiene. Se debería tener más en cuenta, debido a que es algo que afecta al rendimiento y la salud; y haciendo un uso correcto del factor Q podremos notar las mejoras y los beneficios que nos aporta.