Los cambios de marchas de las bicicletas no son nada nuevo, sino que se remontan a los inicios de la bicicleta. En el año 1902 unos ingleses inventaron el llamado “cambio interno de 3 velocidades” para sus bicicletas. Fue un éxito rotundo que revolucionó este sector.
A día de hoy podemos diferenciar entre varios tipos de cambios, que se van mejorando cada vez más con la cantidad de innovaciones tecnológicas que se realizan.
Antes de comenzar con los diferentes tipos de cambios de marchas que existen, en Biciplan, comparador de seguros de bicicletas vamos a explicar algunos conceptos básicos que hay que conocer para comprender el sistema de cambios.
- Las marchas largas: se llaman así porque pedaleamos poco pero avanzamos mucho. Estas marchas son idóneas para circular a velocidades elevadas o en bajadas.
- Las marchas cortas: sucede al contrario, en este caso pedaleamos mucho pero avanzaremos poco recorrido. Por lo tanto, son más adecuadas para subidas y cuestas o para iniciar la marcha, ya que supone poco esfuerzo.
- El ratio: en este caso, hace referencia a la diferencia de desarrollo que existe entre la marcha más larga y la marcha más corta. Se suele calcular en %.
- La cadencia de pedaleo: es simplemente la velocidad de pedaleo.
En cuanto a los tipos de cambios de marchas, podemos distinguir principalmente entre 4:
Cambios externos: son los más comunes y los que llevan la mayoría de bicicletas. Son fácilmente reconocibles porque tienen al descubierto todo el sistema de piñones y de platos.
Es el sistema más adecuado para bicicletas deportivas, de montaña, carretera o también para cicloturismos, ya que tiene un amplio ratio, que alcanza hasta el 618% en 27 velocidades.
El cambio externo, además, permite combinar con diferentes medidas de platos en las bielas, dejando adaptar nuestra cadencia a una gran variedad de desniveles.
Cambios internos: se puede considerar el mejor sistema de cambio de marchas actualmente. Es menos progresivo pero tiene mucho menos mantenimiento, es limpio, rápido y, sobre todo, se puede cambiar sin necesidad de pedalear.
Este sistema de marchas se encuentra en el interior del buje de la rueda trasera, y deja al descubierto solo un piñón para el arrastre de la cadena.
No suelen tener muchas marchas, normalmente de 3 a 8, esto limita la bici a un uso con desniveles medios o bajos, y su ratio va desde 190% en 3 velocidades a 307% en 8 velocidades.
Esto hace que sea el sistema más adecuado para bicicletas urbanas, ya que estamos parando y arrancando continuamente, y es lo más cómodo.
Actualmente también podemos encontrar cambios internos de 7, 8 o 14 velocidades que compiten con los cambios externos. Uno de los inconvenientes es su elevado precio.
Cambios mixtos: son ideales para cicloturismos, bicicletas híbridas, plegables y reclinadas. Este sistema combina los cambios externos traseros con el buje de cambio interior que realiza la función de los platos. Con esto se consigue reducir su mantenimiento, los ruidos y gana mucho en comodidad.
Tiene un ratio máximo de 576%.
Cambio interno de pedalier: el diseño de este cambio consiste en facilitar que un cambio interno o externo pueda incrementar su ratio simulando el cambio de platos en las bielas.
Es un sistema limpio, cómodo, además de contar con todas las ventajas de un cambio interno.
Aunque solo tiene dos posiciones, no impide doblar o incluso triplicar el ratio de cualquier cambio trasero, interno o externo, con un solo plato.
La ventaja principal es que se evita la necesidad de tener un desviador para la cadena y, además, le da mayor duración a la misma.
Al ser un sistema cerrado consigue una mayor durabilidad ante las inclemencias del tiempo, el desgaste y abrasión por el polvo y el agua, entre otras cosas. Su precio es también bastante elevado por ahora.