Uno de los elementos básicos que todo ciclista debe tener en cuenta es una buena iluminación, tanto si circulamos de día como de noche, así evitaremos posibles sustos o accidentes por falta de visibilidad nuestra o de terceros que no vean a los ciclistas.
En Biciplan, comparador de seguros de bicicletas y ciclistas tenemos claro que las luces deben estar tanto en la parte delantera como en la trasera, similares a las luces de los coches o motos. También es recomendable llevar catadióptricos en los pedales, alguna luz en el casco y alguna prenda reflectante, que nos ayuden a hacernos visibles, sobre todo si circulamos de noche.
Los sistemas de luces para bicicletas han evolucionado muchísimo en los últimos años. Desde las primeras luces que eran linternas con bombillas incandescentes pasamos a luces halógenas que nos dan una buena iluminación, aunque con un consumo muy alto de batería.
Otra novedad son las luces led, que han supuesto toda una revolución en el mundo del ciclismo, ya que ofrecen aún más potencia y hace que ir en bici de noche sea mucho más cómodo al tener una mayor visibilidad, y mucho más seguro.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir las luces para nuestra bici?
- El brillo. Debemos mirar la intensidad de la luz, ya que cuanto más intensa sea mejor nos iluminará.
- La amplitud del haz de luz. Un haz más amplio nos permitirá tener una mejor iluminación en zona de curvas, por ejemplo.
- La profundidad. Hace referencia a la distancia donde llega la luz, es decir, cuanto más lejos llegue nuestra luz, mayor visibilidad y, por tanto, mayor seguridad para los ciclistas.
- El montaje. Que un faro sea fácil de montar es bastante importante, y además debe ser fácilmente ajustable. Normalmente las luces van aseguradas con una gruesa goma elástica al manillar que impide que se caigan o se muevan.
- La batería. Ésta dependerá de la intensidad de la luz, ya que cuanta más intensidad, menos durará la batería, aunque como mínimo deberían durar alrededor de 3 horas.
Las baterías de las luces pueden ser de distintos tipos, podremos elegir la que más nos guste o más nos convenga, según nuestras necesidades.
Por un lado están las luces a pilas, que tienen la ventaja de que son fáciles de sustituir si se nos gastan, podemos llevar pilas de repuesto encima y cambiarlas en cualquier momento. Hay también pilas recargables, para no tener que comprar pilas continuamente. La autonomía con las pilas suele ser bastante buena, aunque siempre dependiendo de las pilas que lleve y de la intensidad, como hemos mencionado anteriormente.
Las luces con batería, se pueden recargar fácilmente, incluso hay baterías hoy en día que pueden cargarse vía USB, por lo que si llevamos un ordenador o tenemos algún medio con USB, podremos cargarla con facilidad.
Por último, dentro de las luces con dinamo podemos encontrar dos tipos, las luces con dinamos de toda la vida, que se han usado durante mucho tiempo. Iluminan en función de la velocidad que llevemos con la bici. La ventaja es que siempre que pedaleemos tendremos luz, nunca se gasta la batería. La desventaja es que si pedaleamos menos, o vamos cuesta arriba por ejemplo, la luz puede ser escasa y no tendremos tanta visibilidad.
También están las ruedas con dinamo-buje, que son una variante del modelo anterior. La dinamo se encarga de generar la energía eléctrica mientras que da vueltas la rueda en el buje delantero. La energía se transmite al faro que tengamos conectado al mismo. Al no tener fricción sobre el neumático su rendimiento es mejor y no frena la marcha. Este sistema suelen incorporarlo algunas bicis públicas.
Cuando ya hayamos escogido las luces para la bicicleta, es recomendable no llevar las luces muy altas, ya que podríamos deslumbrar a otras bicis con las que nos crucemos, coches u otros vehículos y molestarlos, además de estar poniendo en peligro tanto a terceras personas como a nosotros mismos.