El casco es uno de los elementos básicos para nuestra seguridad cuando circulamos en bici. Cuando salimos de ruta por montaña o carretera debemos llevar el casco, mientras que por ciudad no es obligatorio para mayores de 16 años, pero sí muy recomendable.
Es muy importante saber elegir el casco a la hora de comprarlo, ya que no todos los cascos son iguales, ni sirven para lo mismo, y sobre todo tienen que estar homologados para que nos garanticen nuestra seguridad. No vale comprar un casco cualquiera. Además es imprescindible a la hora de contratar un seguro de ciclista.
¿Para qué sirve el casco?
Usando casco cuando vamos en bici reduce el riesgo de lesiones en caso de caída o accidente hasta un 85%. Además es imprescindible a la hora de coberturas del seguro de ciclistas de asistencia que puedes contratar en Biciplan. El uso de casco es obligatorio según el Reglamento General de Circulación, por vías interurbanas, con la excepción de rampas ascendentes, en situaciones de calor extremo o por razones médicas.
Cuando compremos un casco es imprescindible que nos lo probemos en la misma tienda antes de adquirirlo, ya que debemos comprobar dos cosas fundamentales.
Por un lado, tiene que tener un tamaño que se ajuste perfectamente a nuestra cabeza. Y, por otro lado, debe ser cómodo de llevar, sin que nos cause ninguna molestia, sino podríamos hacernos daño o simplemente que nos dé pereza llevarlo puesto.
¿Cómo sabemos si el casco está bien ajustado?
Para que el casco sea eficaz es esencial que esté bien ajustado a nuestra cabeza. Algunos modelos llevan unas almohadillas o una goma elástica simplemente, pero para una mejor adaptación hay otros que añaden un anillo de plástico que rodea todo el casco y que se ajusta a la medida de la cabeza a través de una rueda en la parte posterior.
Debemos regular también la longitud de las correas de manera que el caso no pueda moverse, aunque sin que llegue a resultar incómodo. Estas correas deben rodear también las orejas, nunca taparlas.
El casco se coloca en posición horizontal, nunca inclinado hacia la nuca o sobre los ojos, y que al mover la cabeza no se mueva y permanezca perfectamente en su sitio y ajustado, aunque sin llegar a apretar demasiado la cabeza.
Es esencial que todos estos parámetros se cumplan, ya que el casco debe quedarnos cómodo, como mencionamos anteriormente, porque por nuestra seguridad es necesario llevarlo siempre abrochado.
Si hemos tenido algún accidente, caída o golpe, tenemos que cambiar el casco, al igual que pasa por ejemplo con el casco de una moto. Aunque parezca a simple vista que el casco no está dañado ni tiene nada, su capacidad para absorber los golpes se podría haber visto afectada y podría no ser tan efectivo si tenemos otras caídas.
Además de su ajuste, debemos fijarnos también en otras características que pueden resultarnos muy útiles.
Como mencionamos al principio, es importante que el casco esté homologado. En la etiqueta del casco debe aparecer “EN1078”, con esto nos indica que cumple la norma de homologación europea. Junto con esto, también puede aparecer en la etiqueta la vida útil del casco, es decir, el tiempo que recomienda el fabricante que lo podemos usar. Por norma general, se recomienda que el casco no tenga más de 2-4 años de fabricado, para asegurar que los materiales están perfectamente y funcionen ante cualquier impacto.
Debemos tener en cuenta también el aspecto exterior del casco, muy importante para que los demás vehículos o peatones nos vean y evitar así posibles accidentes por falta de visibilidad, entre otros. Los colores llamativos son más recomendables, así como unas franjas reflectantes.
Los orificios de ventilación que tienen los cascos no funcionan tanto por el número de orificios que tengan sino más bien por su diseño y su posición, dan más aerodinámica y también es recomendable que éstos vayan provistos de una malla que impida la entrada de insectos.
La carcasa exterior y el material interior que absorbe los golpes pueden ir unidos de dos formas: en unos casos puede ir pegada, algo no muy positivo ya que puede despegarse en algún momento. en otros casos, y es lo más recomendable, la carcasa está directamente modelada sobre el material interior, esta forma es mucho más segura.
Por último, el sistema de cierre del casco más práctico y cómodo es el de tipo clic, con dos piezas de plástico que encajan la una con la otra y se abre apretando los dos laterales. Aún así hay que comprobar que se cierra bien y que no se abre con demasiada facilidad.
En tiendas especializadas podrás encontrar, además, diferentes cascos para la modalidad de ciclismo que queramos practicar o según la ruta que vayamos a realizar, por ejemplo, cascos para ciclismo de montaña, de carretera, ciudad, etc.
Cuando salimos en bici lo principal es nuestra seguridad y también la de los demás que se cruzan con nosotros, por lo tanto debemos equiparnos con todo lo necesario para poder evitar graves lesiones en caso de accidente o caída. Llevando el casco podemos evitar muchas desgracias, así que os animamos a que lo uséis siempre y disfrutemos de muchas más salidas en bici.