Al practicar ciclismo no siempre realizamos las mismas rutas. Cambiamos de caminos, hacemos viajes con otros grupos, etc. Pero esto puede hacer que nuestras familias se queden en casa preocupadas por lo que nos pueda pasar. Por estos motivos os vamos a explicar por qué contratar un seguro para ciclistas.
Subirse a la bicicleta, además de un placer, se ha convertido en una alternativa para mantenerse en forma pedaleando hasta el trabajo, lugar de estudios, o a cualquier otro sitio. El aumento de personas que practican este deporte y los riesgos que implica su circulación en ciudad y carretera, ha desembocado en que la DGT haya mostrado cierto interés en la obligatoriedad de tener contratado un seguro para ciclistas.
La creación de un seguro para ciclistas obligatorio supondría un coste más para los ciclistas, pero hay que pensar que es para protegerlos de los riesgos a los que se enfrentan día a día. Con este seguro los ciclistas tendrán los mismos privilegios y obligaciones que los demás conductores que circulan por las ciudades.
En 2013, un total de 36 ciclistas perdieron la vida en las carreteras, según la DGT, de los cuales 10 no llevaban casco. Esto se puede prevenir normativizando la circulación de los ciclistas. Pero hasta que eso ocurra hay que poner otras medidas.
El seguro para ciclistas no es obligatorio aún en España, pero es recomendable tenerlo contratado y saber qué es lo que cubre, ya que los riesgos a los que se exponen los ciclistas, en cuanto a responsabilidad civil se refiere, son iguales a los de los ciclomotores o automóviles.
Existen diferentes tipos de seguros para ciclistas:
Responsabilidad civil:
Este seguro cubre los daños que los ciclistas pueden causar a terceros de forma involuntaria, ya sean personales o materiales.
Asistencia en viaje:
Salir a carretera con la bicicleta puede convertirse en un problema para los ciclistas ya que pueden sufrir averías en su bicicleta o cualquier tipo de accidente. Un seguro de asistencia en viaje se hará cargo de recoger al ciclista y su bici si ha sufrido una avería, y del ciclista herido si ha sufrido un accidente grave.
Defensa y protección jurídica:
Tener una defensa en tribunales es muy confortable cuando el accidente ha sido de cierta gravedad. Además, se puede elegir la compañía que queremos que se encargue de la defensa y la protección jurídica, incluso de la reclamación en caso de conflictos con terceros.
Accidentes personales:
La aseguradora se hará cargo, según los límites establecidos, de los gastos médicos, farmacéuticos y de hospitalización en caso de accidente, y de la indemnización en caso de fallecimiento o invalidez permanente.
Cirugía plástica y reparadora:
Según los límites de cada aseguradora, nos cubrirán los gastos correspondientes a estas cirugías en caso de haber sufrido un accidente que nos haya dejado marcas graves en el cuerpo.
Asistencia personal:
Contratando este plan, ya no tendremos que preocuparnos de atender todos los quehaceres diarios si estamos en un hospital tras sufrir un accidente. La compañía de seguros se encargará de pagar los gastos necesarios para pagar las tareas que, estando hospitalizados, no podemos desempeñar.
Robo y daños a la bicicleta:
Una de las intranquilidades de los ciclistas urbanos es si el lugar donde dejan aparcada su bicicleta es el más seguro o no. Dependiendo de si nos roban la bicicleta en la calle o en el interior de nuestra vivienda, la compañía de seguros se encargará de indemnizarnos, según los límites establecidos, siempre y cuando la bicicleta se encontrara bien atada por el cuadro, con un candado homologado, a un objeto fijo y el candado haya sido forzado.
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